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—¿Que pasará entonces? —Dije llamando la atención de todos los presentes.

Todos ya nos encotrabamos a las afueras de ese horrible lugar, incluida bárbara.

—Nada, nada podemos hacer. —Dijo la rubia.

Era un poco escalofriante ver cómo se resignaba a una vida tranquila, como si no hubiera otra opción para ella.

—¿Nada? Conor puede volver en cualquier momento y hacerte esto devuelta o algo peor.

—¿Que más da? Conozco a Conor y no  hará nada por un tiempo.

—Vamonos. —Solto de repente Jes. —Si. Digo; vámonos lejos de aquí, tu y yo bar, hagamos una nueva vida sin Conor o policía y políticos corruptos.

Bar soltó una risa ronca. —No me hagas reír Jes, ¿Dejaras a tu madre? ¿Cómo nos mantendremos? ¿A dónde diablos quieres ir?

La mandíbula de Jes se apretó. — Entiendo todo lo difícil que es esto para ti pero lo que haces es estúpido, tu eres estúpida. —Le escupió. —¿Que quieres hacer? ¿Vivir toda tu puta vida a costa de el hijo de puta de Conor?

—Si nos vamos nos van a encontrar.

—No si lo hacen en el momento justo. —Hablo Itan. —Pueden irse cuando hayan descansado de cagarte la vida bárbara. —Le hablo con seriedad, esto para el no era un juego, para nadie en realidad.

— Bárbara, tienen razón. —Acompaño Sofía.

—¿Quieren que los dejé? —Inquirio molesta.

—No queremos encontrarte tirará un una laguna muerta. —Mascullo Michelle. —Porque como siga esto ese será tu final. —Nunca había escuchado a Michelle enojado. —Conor es un enfermo.

—¿A qué punto quieres llegar bárbara? Vayanse de aquí.

—Podemos llevar a mi madre y trabajar. —Propuso la novia de la rubia. —Tambien podemos irnos con tu madre si quieres.

—No. —Hablo rotundamente. —Yo no quiero ir a ningún lado con mi madre.

—Esta bien, sin ella entonces. —Cedio jes. —Amor, eso no interesa aquí lo único importante es que nosotras nos vallamos, a donde quieras.

—¿Eso nos va a librar de el? ¿De verdad lo piensan? —Jadeo con los ojos ya cristalizados.

—El tiene gente, pueden poderte en la cárcel más de treinta años, toda la vida o lo que el quiera por algo que ni siquiera necesita que hagan en realidad.

—¿Nos dejan solas un momento? —Nos hablo Jes.

—Si, vámonos. —Le apoyo Dani mirándome. —Cualquier cosa nos llaman, chao.

Saludo para caminar hacia el auto.

—¿Pasa algo? —Inquiri de repente.

—No, para nada. —Nego. —Solo vámonos que tus papás deben estar preocupados, mañana tenemos que ir a ver a los míos y todos eso.

Nos mantuvimos en un silencio espeso hasta que Dani levanto la mirada al fin, hasta conectarla con la mía.

—¿Estás bien de verdad? —Digo captando su atención por completo.

—Si, Jay estoy bien. ¿Nos vamos?

—Vamos.

—¿Por qué te fuiste así? ¿Por qué con mi auto? —Quiso saber papá.

—Lo lamento, solo tuve una emergencia con una amiga y tuve que salir.

—¿Está bien tu amiga? ¿Que paso? —Esa fue mamá.

—Si, todo está bien, ella solo se lastimo el tobillo y tuve ir a verla. — Explique rápidamente.

—Eso.. está bien. — Dijo papá.

—Vamos chicos, siéntense que la comida ya está lista. —Nos llamo mamá.

Dani agarro mi mano hasta llegar a la mesa y posicionarnos en nuestros lugares.

—¿Que es esto? ¿Sushi?— Oí a ty.

—Si. —Dice mi padre.

—Papá, a ty no le gusta el Sushi. —Le recordó discretamente su hija.

Mi padre abrió los ojos —Oh, me olvidé. —Sostuvo su móvil. —¿Te pido una pizza?

—Ehh.

Al final del cuento papá pidió pizza la cual comió Tyler y Dani, mientras los demás cenabamos sushi.


—¿Crees que es un poco dramático que Jes y bárbara se vayan? —Hablo Dani en el silencio.

—Conor es un psicópata violento, ya demostró que podría lastimarla de muchas formas, no quiero que se queden aquí a comprobarlo. Ella me lo dijo; el nunca la va a dejar en paz.

— Tienes razón.

Todo parecía romperse, mis tíos no estaban a mi lado, mis padres están a mi lado pero se ven tan distantes en mi vida, mis amigas tienen que huir del país como criminales, pero aún con todo eso ella me hacía sentir bien, Dani no necesitaba mucho más que estar a mi lado para hacerme bien, su sola y banal presencia me quitaba un peso encima, uno inmenso.

—Jay, ¿Me escuchas? —Oi a Dani.

—No, lo lamento. —La mire.

Sus ojos eran hipnotizante para mí, sus facciones tan llamativos para mí que era difícil dejar de mírarla.

Dani comenzó a decorar mi rostro con pequeños besos, sus labios se consentraron en los míos, mis manos bajaron a su cadera casi automáticamente.

—¿Quieres hacerlo? — Balbucie sobre su piel.

—Si.

No sé necesitaba más.



Después de tanto tiempo, volví a actualizar.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2022 ⏰

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Compatibles? -Jay Ross. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora