19.

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—¡Jay! —Grito Ellie tirándose sobre mi en un abrazo.

—Tambien te extrañé hermanita. —Rei sobre el abrazo.

—Hijo... —Ellie se hizo a un lado al escuchar a mamá.

Sin aviso mi madre sostuvo mis mejillas en sus manos besando mi rostro.

— bienvenidos a Canadá.

—Oh, ¿Tu eres Daniela verdad? —Le pregunto mi madre a mi novia.

Dani asíntio. —Si, soy yo.

—Oh, eres hermosa. —Alago observando todo su cuerpo y su cara con determinación, sus ojos quedaron unos largos segundos mirando a los grandes y verdes orbes de Daniela, como imnotisada. —Eres realmente bella...

—Gracias, usted también lo es.

Jen agitó la cabeza al oírla. —¿Usted? Cariño, puedes decirme Jen.

—Genial.

—Bien mamá, déjame verla. —Se quejo Ellie llegando hacia Dani.

—Tienes suerte hermanito.

—¿De que hablas? —Le pregunté.

—Te haz ganado una compañera de habitación hermosa, de eso hablo. —Sonrio hacía mi. —¿O hay otra cosa? —Alzo una ceja.

—Ellie, deja en paz a tu hermano. —Le reprocho mamá.

—Jack ross. —Mi antencion que antes iba hacia mi madre fue para Dani al escuchara. —¿Tu eres Jack Ross? —Pregunto a mi padre.

El Sonrió. —Si, soy yo. —Rasco su nuca, un gesto que solo hace cuando está nervioso pero mi padre nunca lo esta.

—Eres genial, digo, amo tu trabajo.

—Gracias.

—Mira Dani, el es Tyler, mi hermano. —Interrumpi presentando al menor de los Ross.

Ty, con sus poderosos diez años sonrió cordialmente, más como un adulto hacia Daniela. —Es un gusto. —Le sonrió.

Daniela reprimió una risa. —Igualmente Tyler.

—¿El tío Mike? —Inquiri hacia mi padre.

—El se quedó, la abuela lo necetaba en casa y aunque al principio se negó terminó cedíendo a no venir.

—¿Tia Sue?

—Sue? —Rio un poco. —Tu tía por poco no se sube al ala de el avión.

—¿Por qué no ha venido?

—Ella tiene cosas que atender Jay.

—¿Tia Naya, Will y Jane?

—Ellos están de viaje, tu tío tuvo que llevarlas para su trabajo.

—Entiendo.

—Oye, ellos te aman! —Apreto mi hombro. —Mike y Sue vendrás dentro de poco. —Susurro jugando.

—Papá

—No miento! Solo que no debías saberlo. —Se alzó de hombros. —Pero a la mierda, ya lo sabes.

—¿Cómo estás? —Le hable a mi hermana.

—Bueno, creí que yo te preguntaría eso. —Rio. —Estoy bien, normal.

—Uh, entiendo. Ya veo, ya veo. —Sonrei

Ellie removió su mano con inquietud. —Vale. —Rodo los ojos. —Si, te he extrañado un poco.

—¿Poco? —Alce una ceja. — ¿Que significa eso?

—¡Vale! Te extrañé mucho. —Chillo irritada. — Ahora déjame.

—Bien. —Dije dispuesto a irme.

—Oh no, ¡Espera Jay! — Me paro en seco. —Se que estás con Daniela. —La oí a mis espaldas.

—¿Cómo lo sabes? — Di media vuelta encarandola.

— Hermanito, es muy obvio.

—Solo no lo digas, no aún. —Pedi.

— ¿Por qué no quieres que sepan que sales con ella? Mamá y papá ya la aman.

— Lo haré, hoy en la noche. —Le afirme.

—Bien. Ya puedes irte.

—No, espera. —Me frene. —¿Cómo está Katerine?

—No haz hablado con ella?

—Solo dime si en verdad esta bien, y su padre?

—Esta bien, empezó a trabajar en un bar y su padre parece estar más estable que antes. —Sonrei al pensarlo.

Katherine es mi única amiga, ambos nos criamos juntos casi como hermanos, Kate es como una hermana pequeña para mí, una a la que necesito ayudar.

—¿Cómo vas con tus estudios ty?

—Bien, voy bien. —Hablo sin despegar la vista de ese libro.

—¿Que lees? —Le pregunté.

Lo ví sonreír por mi pregunta. —Solo el principito. —Hablo con serenidad, demasiada para su edad.

—¿Cómo ha estado mamá?

—Que decirte. —Dejo su libro a un lado. —En un punto lloro por tu ausencia, en otro estaba alegre de tus estudios, en otros hablo con papá para mudarse aquí y por último casi le da un paro cuando no pudo venir a verte en primera vez.

Me rei por que si sonaba como Jennifer Ross.

—¿Jay? —Dani llamo a mis espaldas.

—Hola Dani. —Le saludé desde mi lugar.

—Hola ty.

Entonces ty sonrió al escucharle. —Hola Dani. —Saludo casi con formalidad.

—¿Cómo vas? —Sonrio hacia el.

Juro que las mejillas de mi hermanito enrojecian por la atención de Dani. —Ya casi lo terminó.

La morocha abrió los ojos hasta el tope. —¿Ya lo terminarás? Eres un genio! —Le alago. —A mi me costó como un mes acabarlo. —Hizo una mueca.

—Osea... Solo voy por un poco más de la mitad, no es gran cosa. —Ladeo.

—Claro que sí. —Se acercó a él y revolvió su cabello con cariño. —Eres todo un genio.

—Pues gracias. —Murmuro.

Daniela rio ante la rara y tímida actitud que ty adaptó al verla.


—¿Cómo te ha caído mi familia? —Le pregunté a Dani una vez quedamos en la soledad de nuestros pequeño cuarto.

—Genial, tu hermana es increíble, tu hermano es muy adorable, tu madre es demasiado dulce y atenta y tú padre es magnífico, es un gran ejemplo a seguir.

—Claro. —Sonaba raro oír como alagaban a mi familia como Daniel lo estaba haciendo.

—Oye, dije algo malo? —Sus ojos me observan con preocupación por mi repentino silencio.

Sacudo la cabeza rápidamente con una sonrisa en mis labios. —Claro que no. Me encanta que te lleves con mi familia.

Mi morocha pego sus flácidos brazos al rededor de mi cuello. —Me alegra verte feliz. —Sonrio para adueñarse de mis labios.


Compatibles? -Jay Ross. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora