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La oscuridad absoluta

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La oscuridad absoluta.

Aquello era algo a lo que Bam estaba tan acostumbrado.

Y es que, ¿Cómo alguien podía acostumbrarse a eso? Aquél chico de cabellos castaños se preguntaba cómo era que había terminado de aquella manera. ¿Era su culpa? ¿Era su rostro lo que estaba mal con él? ¿Acaso, aquellos ojos dorados, que parecían competir con el brillo de las estrellas, no eran tan brillantes y especiales? No, él no podría saberlo. Quizás había hecho algo malo en su antigua vida, algo tan terrible como para acabar solo, rodeado de una completa oscuridad tan asfixiante que sentía que todo el oxígeno de sus pulmones se comprimía en su pecho, haciendo que este doliera con tanta fuerza.

¿Cómo podía detener el dolor? No. Quizás era mejor quedarse con aquel dolor, quizás algún día, su corazón doliera con tanta fuerza en su pecho que terminaría por colapsar, y entonces no tendría que seguir tan consciente de la terrible oscuridad, y de aquella desgarradora soledad que lo obligaba a soñar.

Estaba tan harto de soñar, era injusto. ¿Por qué tenía que hacerlo? Era como mostrarle un plato de comida jugosa y deliciosa a un niño hambriento, pero no dejarlo si quiera probar un pequeño trozo de aquella comida para satisfacer su hambre desesperante. Aquel niño de ojos dorados no podía dejar de imaginarlo, imaginar cómo sería estar en compañía de alguien. ¿Cómo se sentiría amar? ¿Cómo es que si quiera sabía lo que aquél sentimiento significaba?

A veces, Bam se concentraba en otro tipo de dolor, en aquel dolor que sentía en su estómago. Se quedaba quieto pensando qué era lo que significaba aquel sentimiento desesperante, sentía que su estómago se revolcaba y se retorcía sin piedad, haciendo que el pobre niño jadeara por el dolor punzante. Al principio, él no sabía qué era lo que pasaba con su pequeño y frágil cuerpo. Algunas veces incluso se movía, intentaba levantarse, y sentía que todo su cuerpo se tensaba y dejaba atrás un dolor tan desesperante, que lo hacía resignarse y quedarse tumbado en el frío y duro suelo.

Luego de lo que le pareció una eternidad, entró en cuenta de que aquello que estaba sintiendo tenía un nombre: Hambre.

¿Había algo más desesperante que la aterradora oscuridad? ¿Había incluso, algo más doloroso que la terrible soledad? Para Bam, sólo había algo peor que todo aquello, y eso era la intensa y despiadada hambre. Sentía que sus órganos se retorcían dentro de su cuerpo, exigiéndole a gritos desgarradores al menos un poco de comida. Sólo un poco, sólo un pequeño trozo sería suficiente.

Habían momentos donde todo eso que sentía era tanto para él, que estiraba su mano suavemente, tanteando el suelo para buscar al menos un pequeño puñado de tierra y tragarselo. No le importaba su sabor, no le importaba si lo que se comía era peor que la tierra, sólo podía pensar en que deseaba con fuerza detener aquel sentimiento desesperante.

Hubo un día donde Bam estaba tan adolorido y agotado, que sólo quería morir. ¿Ya no había sido suficiente? ¿No era suficiente la oscuridad, la soledad, e incluso el hambre y la sed? ¿Qué más debía pasar? Y es que, el castaño no se preocupaba en gran manera por lo que sea que hubiera después de la muerte, a él no le importaba morir, no le temía a la muerte. Para Bam, más que el amor, la comida, la compañía, o un poco de luz, la muerte era lo que más deseaba. Lo anhelaba con tanta fuerza que sentía que su cuerpo estaba demasiado frágil como para poder soportar aquel sentimiento.

Después de todo, ¿Qué importaba si moría? No había nadie con él, nadie estaba ahí para ayudarlo.

Los últimos días, dónde su cuerpo ya empezaba a colapsar por la falta de comida y agua, Bam alucinaba con una luz. Era una pequeña luz que se asomaba lentamente en la oscuridad, mostrando consigo un cabello maravillosamente claro, era celeste, y brillaba tanto… Bam sólo deseaba extender su mano y tocar al menos un mechon de aquel cabello de aspecto brillante y sedoso. El castaño gritaba, llamando a aquella persona, y entonces se volteaba y podía ver la sonrisa de aquel hermoso chico.

Bam siempre se quedaba embobado, mirando aquella sonrisa. Entonces sólo podía pensar que sus ojos dorados nunca podrían brillar con tanta fuerza como esa sonrisa que el de cabellos celestes le dedicaba. Pero cuando estaba a punto de subir la mirada, al menos un poco, para terminar de contemplar la belleza de la persona frente a él, volvía a la realidad con una brusquedad tan fuerte que lo hacían retorcerse del dolor.

Habían ocasiones donde, aquel chico de cabello celeste no le sonreía, pero sí le extendía la mano para ayudarlo a escapar de aquella profunda oscuridad en la que vivía.

¿Pero por qué? ¿Por qué sus sueños eran tan crueles? Aquella persona nunca vendría a él, porque Bam estaba condenado. Una persona con tal belleza y una sonrisa tan brillante, no podría venir a rescatarlo. Porque Bam debía morir, ¿No? Bam debía sufrir en la oscuridad y la desesperación.

A veces el chico se resignaba tanto que arrugaba su nariz y entrecerraba sus ojos, dispuesto a llorar como un bebé. Pero las lágrimas nunca salían, ¿Quizás era porque incluso su cuerpo no tenía la fuerza para llorar? Pero no importaba, porque aún si lloraba o no, el dolor que sentía Bam no se iría nunca.

Pero entonces llegó el día, fue aquel día en el que el pequeño Bam finalmente colapsó. Su cuerpo, diminuto y demasiado delgado, al fin había llegado a un punto en el que ya no podría aguantar más aquellos sentimientos dolorosos. Pero el castaño estaba lejos de sentirse triste, porque después de todo, al menos uno de sus deseos se había cumplido al fin; podría morir finalmente.

No sabía si era su última alucinación, no sabía si era su mente intentando engañarlo una última vez más, o si quizás era algo más. Pero lo último que vio el niño de ojos dorados, fue una pequeña luz finalmente abriéndose paso en la desesperante oscuridad que tanto lo había atormentado.

Y por fin, por primera vez en todo aquél tiempo lleno de sufrimiento, Bam sonreía, mientras pensaba:

"Después de todo, sí pude ver un rayo de luz antes de morir".

"Después de todo, sí pude ver un rayo de luz antes de morir"

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Créditos de los fanarts:

La imagen al inicio del capítulo: @opcoi_ii4

Los separadores: @sadara__ (el del inicio), @rswovotra (el del final).

(Todos están en twitter ^^).

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Hey bitches and bros and non binary hoes~

Pidoperdón, quería usarlo desde hace tiempo kfjskjfjsjfjd. ¿Qué tal están? No publicaba nada en wattpad desde hace años.

Probablemente nadie lea esto pero quería publicarlo, así que si alguien llega a leer esto espero les haya gustado :D, disculpen si hay algún error ortográfico o de gramática, pero mi ansiedad editando todo en teléfono está algo así: 📈📈📉📈📈📈📉📈📈📈📈📈📈

Anyways, si tengo algún error no duden en corregirme, y por cierto, había hecho una portada para esta historia pero mi soulmate me ayudó a hacer la portada que puse, porque sí, tenía que ponerla >:) –si estás leyendo esto tqm, xfa comenta para dedicarte algún capítulo o poner tu user por aquí uwu–.

Sin más, cuídense y tomen awita, nos leemos luego (^o^)

ʸᵒᵘ ᵃʳᵉ ᵐʸ ᵗʳᵘᵉ ˢᵗᵃʳ | ᴷʰᵘⁿ ˣ ᴮᵃᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora