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El pequeño niño de ojos dorados ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que se había despertado en aquella habitación de hospital

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El pequeño niño de ojos dorados ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que se había despertado en aquella habitación de hospital. Quizás habían sido ¿Cuatro días? O un poco más, sin contar el tiempo que había estado inconsciente, que fueron dos semanas. Durante todo aquél tiempo, él no pudo hablar siquiera, se limitaba a asentir o negar la cabeza cuando alguna enfermera venía a preguntarle si se encontraba bien.

El castaño observaba con curiosidad lo que los demás hacían, las enfermeras cambiaban constantemente el suero que entraba a su cuerpo mediante la vía que se conectaba al dorso de su mano. Los doctores, otras veces, venían a la habitación e iluminaban sus ojos con una linterna, o le hacían algunas pruebas para revisar que todo estuviera en orden. A veces incluso, le daban medicamentos o comida.

Sin embargo, Bam no podía estar más feliz. ¡Por fin no estaba solo! Y aunque nadie aún le hubiera explicado lo que le había pasado, o por qué había estado atrapado en un sótano, eso no significaba que él no disfrutara de la compañía de los demás. Incluso, a veces Rachel venía a visitarlo, ella le sonreía continuamente con amabilidad, y le contaba cosas sobre el mundo.

Había algo que Bam no podía sacarse de la cabeza, era cuando ella había dicho:

"El amor es tan hermoso, Bam. ¡Pero lo más importante de todo, es que debes ser honesto con la persona que ames! Además, nunca te atrevas a traicionar a aquella persona especial, o el peso del mundo caerá sobre ti".

Y el pequeño de ojos dorados la miraba con los ojos bien abiertos, asintiendo repetidas veces. Por supuesto que él nunca traicionaría a nadie, después de todo, ¿Por qué razón lo haría? Sin embargo, para Bam aquello había sido tan importante que se había jurado a sí mismo que nunca se atrevería a traicionar a Rachel.

Los días pasaron inevitablemente, habían ocasiones donde el castaño se preguntaba cuánto tiempo se quedaría en aquel lugar. Resultaba un poco asfixiante cuando sólo se encontraba él en la habitación, mirando las paredes blancas. A veces prendían la pantalla frente a su cama, era un televisor, pero casi siempre lo dejaban en el canal de las noticias. Bam escuchaba constantemente noticias sobre un tal Zahard y una discográfica llamada "FUG", pero él no entendía nada de lo que decían, era una situación muy complicada para él. Así que sólo se quedaba mirando ese cabello rubio, tan amarillo y brillante que le recordaba a los girasoles, del tal Zahard, y los lentes con un signo parecido a tres ojos juntos, que siempre usaba.

Finalmente, le explicaron a Bam que dentro de unas dos semanas más podría salir de aquél lugar. Hasta el momento no le habían dado de alta ya que tenía una desnutrición severa por la falta de comida, estuvo al borde de la muerte, fue un golpe de suerte el hecho de que pudiera sobrevivir los primeros días donde estuvo inconsciente, sólo a base de sueros y medicamentos que le inyectaban.

Rachel a veces le mencionaba que sus mejillas y su cuerpo estaban empezando a agarrar color y ya no lucía como un esqueleto andante, también estaba empezando a subir unos kilos, sus mejillas ya empezaban a rellenarse, dándole un aspecto más tierno.

ʸᵒᵘ ᵃʳᵉ ᵐʸ ᵗʳᵘᵉ ˢᵗᵃʳ | ᴷʰᵘⁿ ˣ ᴮᵃᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora