Bam no había podido dormir hasta ahora. Se había quedado recostado boca arriba en una esquina de la cama, lejos del peliazul. Sin embargo, no pasó mucho hasta que decidió voltearse hasta quedar completamente recostado de cara hacia el lado izquierdo. Se dispuso a mirar a Khun, quien estaba acurrucado de cara hacia el lado derecho, cara a cara con Bam.
Khun se había quedado dormido ni bien tocó la cama. La poca luz en el lugar le permitía ver el rostro del chico. La expresión en él era una completamente relajada, al igual que su suave respiración. Bam sintió un cosquilleo en su corazón; desde que lo conoció, el castaño siempre pensó en lo hermoso que era Khun. Era un tipo de belleza que no tenía nadie más, ni siquiera sus hermanos. Iba más allá de sus características físicas comunes de los genes de los Khun, y era en parte gracias a la delicadeza y elegancia que irradiaba el chico.
Extendió su mano, dudando un poco al principio, pero luego resignándose y dejándola sobre la mejilla expuesta del peliazul, acariciándola suavemente, y luego, apartando unos mechones de cabello que caían libremente sobre su rostro. Pensó en lo delicado que se veía Khun durmiendo, le daba un aspecto angelical. Para nada de acuerdo con su personalidad...
Luego de varios minutos, el castaño se acercó a él, dudando. Se acomodó de tal manera que su cabeza quedaba a la altura del pecho del otro chico, y se acurrucó allí; pasando un brazo por encima de la cintura del peliazul, y por lo tanto, atrayéndolo más hacia él.
—¿Bam? — Susurró su voz. Sonaba un poco ronca y adormilada. El moreno no respondió, sintió su propio corazón latir con rapidez al sentir nervios por haber sido descubierto. — ¿Estas bien?
Él sólo asintió con la cabeza, aun sin responder o apartarse de su pecho para mirarlo. Khun tampoco respondió, en cambio se quedó acariciando el cabello de Bam, y pasó un buen rato haciéndolo. El castaño sólo permaneció en silencio... recordando que por culpa de todos los pensamientos que abundaban en su mente, no había podido conciliar el sueño aún.
—¿Khun? —. Llamó, por fin. El peliazul continuó acariciando su cabello, como indicándole que continuara con lo que fuera que quisiera decir. —¿Sabes? Hay... algo que siempre me he preguntado. Sólo tengo curiosidad...
—¿Qué es lo que te preguntas? —. Respondió él, sin detener aún las caricias. Era como si estuviera acariciando a un perrito con cabellos esponjosos.
—Bueno, la vida aquí en la Torre es muy diferente a como es en el mundo exterior. Aparte de las cosas que parecen mágicas e imposibles, como la forma en la que una tarjeta puede convertirse en una espada, en cierto lugar del Piso Subterráneo...
—¿... Pero?
—Pero..., ¿Por qué la gente aquí actúa de esa forma? Aún no tengo idea de cómo funciona realmente la Torre, a pesar de llevar cuatro años viviendo aquí... — Bam suspiró, intentando poner todas sus dudas en palabras—. Quiero decir, ¿Cómo es posible que existan niños que desde tan temprana edad puedan emborracharse como si nada? O, ¿Por qué los niños crecen tan rápido, aparentando más edad de la que realmente tienen? Quiero decir, la mayoría de niños aquí parece y actúa como si fueran adolescentes de 17 o 18 años...
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ʸᵒᵘ ᵃʳᵉ ᵐʸ ᵗʳᵘᵉ ˢᵗᵃʳ | ᴷʰᵘⁿ ˣ ᴮᵃᵐ
FanfictionPiel lechosa, que le daba un aspecto tan delicado. Acompañado de unos grandes ojos azules, tan profundos y brillantes como los zafiros. Y un suave y sedoso cabello celeste. Bam creía que se trataba del chico de sus sueños, pero Khun en realidad era...