Piel lechosa, que le daba un aspecto tan delicado. Acompañado de unos grandes ojos azules, tan profundos y brillantes como los zafiros. Y un suave y sedoso cabello celeste. Bam creía que se trataba del chico de sus sueños, pero Khun en realidad era...
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4 años después.
—Bien, chicos. Eso es todo por hoy, disfruten sus días libres.
No mucho después de que el profesor terminara la clase, todos salieron del salón como alma que lleva el diablo. Incluso el mismo profesor había salido rápidamente, pero sin embargo, 3 chicos se quedaron allí, sentados en sus respectivos puestos.
Cierto pelinegro se desperezó antes de levantarse de su asiento, volteando un poco y encontrándose con la mirada café de otro chico castaño. Hatsu caminó tranquilamente hasta donde estaba su amigo, apoyado en la mesa a su lado, mientras lo miraba.
—¿Crees que sea buena idea despertarlo?— Comentó, cruzándose de brazos. Leesso sabía que se refería a Khun, quien dormía en su asiento, apoyando su cabeza sobre la mesa frente a él.
—Supongo que sí, Bam se enojaría si se enterara que lo dejamos durmiendo aquí, y además solo.— Respondió, separándose de la mesa donde se había apoyado. Cuando estuvo completamente de pie, se pudo notar la diferencia de altura entre él y el pelinegro, quien era ahora más bajo que Leesso. Apenas tenían doce años, pero aún así el de ojos café había crecido como si ya fuera un adolescente de 15 años.
—¿Lo despiertas tú o lo despierto yo?— Preguntó mientras intentaba acomodar su cabello, para poder ver mejor.
—Hazlo tú, eres más fuerte que yo.
Hatsu lo miró con enojo, pero eventualmente fue hasta el asiento del peliazul, suspirando y preparándose para lo que pasaría. Puso una mano sobre su hombro, sacudiendolo un poco.
Pero aún así, eso no fue suficiente para despertarlo. El pelinegro tuvo que apartar el cabello del rostro del otro chico para poder dar palmaditas no tan fuertes en su mejilla derecha. Además comenzó a jalarle las mejillas y molestarlo hasta que terminó despertando.
Al principio, el peliazul estaba confundido, sin recordar dónde estaba o qué había pasado, pero luego que entró en razón, observó a Hatsu a su lado, que lo miraba con una expresión seria en su rostro. Automáticamente frunció su cara en una mueca de enojo, no había dormido bien los últimos 3 días debido a sus entrenamientos.
—No me mires así, sólo te desperté porque ya terminó la clase, y si te dejabamos durmiendo aquí solo, Bam se enojaría.— Se defendió el pelinegro, cruzándose de brazos y sin ánimos de pelear aquél día. Era 31 de Diciembre, en unas horas terminaría aquél año.
Khun apartó la mirada, con enojo.
—¿Y a quién le importa? No es como si estuviéramos en la misma clase, después de todo. Y además los últimos 4 años se ha hecho más cercano a Endorsi, así que ni notaría lo que me pasara o no.
Hatsu y Leesso intercambiaron una mirada de preocupación. A pesar de que Khun y Bam eran bastante cercanos, habían sido separados de clases desde hacía 2 años, por la diferencia de edad. Los únicos que compartían clase con Khun eran Hatsu y Leesso, Bam y Endorsi compartían clase, y Rak estaba en otro salón con los demás, excepto Anaak y Ran, que estaban en una clase diferente a todos.
