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Bam despertó, con los rayos del sol apuntando en dirección a su rostro sereno

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Bam despertó, con los rayos del sol apuntando en dirección a su rostro sereno. Abrió los ojos, mirando a su lado en la camilla, buscando automáticamente a un peliazul.

Pero no lo encontró.

Cuando procesó que Khun no estaba a su lado, notó que repentinamente nacía en su pecho un sentimiento de vacío y terror, y se levantó de un brinco de la camilla, corriendo hacia el baño de la habitación, tocando la puerta y al no escuchar respuesta, abriéndola con rapidez. Pero estaba vacío.

Cuando volvió a la habitación, Bam notó que Rak tampoco estaba allí. Así que salió rápidamente de ese lugar, corriendo por los pasillos de la extensa clínica, en busca de ambos chicos.

Esquivaba personas, empujaba a otras, se chocaba con algunas. Pero nunca se detuvo, hasta llegar a la cafetería, donde vió a Rak, Hatsu y Leesso sentados en las bancas junto a una mesa cercana a la entrada. El castaño caminó rápidamente hacia ellos, respirando de manera agitada, pues había corrido por toda la clínica en busca del peliazul.

—¿Dónde está Khun?— Preguntó Bam, sin siquiera saludar. Los chicos se giraron hacia él, con diferentes expresiones en sus rostros. Rak parecía soprendido, Hatsu se veía confundido y Leesso lucía preocupado.

—Bam… ¿Te acabas de despertar?

El castaño frunció el ceño, claramente desconcertado. ¿Qué demonios tenía que ver eso con lo que él había preguntado?

Abrió la boca, dispuesto a protestar, pero sintió la mano de alguien posarse en su hombro. Así que se giró ligeramente hacia aquella persona.

—¿Bam?

Era Khun, traía un paquete de comida, que sostenía con su otra mano. El ojizarco lo analizó por un rato, entregándole el paquete de comida a Leesso. Y luego, pasando su mano por el cabello de Bam, intentando peinarlo un poco.

—¿Te acabas de despertar? Tienes el cabello hecho un desastre, y viniste desabrigado y sin zapatos, sólo con unas medias...— Khun terminó su intento de peinar el cabello revoltoso del castaño, y luego pasó a quitarse su propio abrigo y ponerlo en los hombros de Bam, quién hasta apenas había notado el frío aire que corría por el lugar. 

El abrigo de Khun era bastante grande, además, conservaba la calidez del peliazul. Por esto, Bam casi olvidó el reciente enojo y la preocupación que había sentido porque el chico frente a él no estaba en su habitación, descansando.

—¿Por qué no estás en tu camilla, descansando como el doctor recomendó?

Khun sonrió, dirigiendo a Bam hacia la mesa y haciendo que se sentara en una de las bancas libres, junto a los chicos. A lo que después, el peliazul se sentó también en otra banca, antes de comenzar a explicar:

—Esta mañana fue una enfermera a la habitación, para revisar que todo estuviera bien. Le pregunté si podía levantarme un rato a desayunar aquí con los chicos, y dijo que sí podía, siempre y cuando no me esforzara demasiado, no me agachara o hiciera movimientos bruscos.— El peliazul bajó la mirada, tomando un paquete de comida, y abriéndolo.— Iba a despertarte, pero te veías muy cansado, así que te dejé dormir, y luego Rak me acompañó aquí junto com Hatsu y Leesso.

ʸᵒᵘ ᵃʳᵉ ᵐʸ ᵗʳᵘᵉ ˢᵗᵃʳ | ᴷʰᵘⁿ ˣ ᴮᵃᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora