Piel lechosa, que le daba un aspecto tan delicado. Acompañado de unos grandes ojos azules, tan profundos y brillantes como los zafiros. Y un suave y sedoso cabello celeste. Bam creía que se trataba del chico de sus sueños, pero Khun en realidad era...
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Los últimos días, antes de volver a clases, Khun había estado desesperado. No sabía bien qué hacer ni cómo hacerlo, tuvo que poner a su cerebro a trabajar más rápido de lo normal. Pensaba en un plan para ir a buscar a Bam, al menos para volver a verlo. ¿Era buena idea ir a ver a un irregular, y aún peor, llevarlo consigo a la Torre? ¿Se metería en problemas graves por esto? ¿Si lo hiciera, eso afectaría sus planes principales para cumplir su preciado deseo?
Pero lo que más lo hacía retroceder era la pregunta, esa fastidiosa pregunta que lo hacía rememorar momentos que deseaba olvidar: ¿Valía la pena?
Khun tenía miedo, temía que no valiera la pena, que Bam también terminara traicionandolo como había sucedido tiempo atrás con personas en las que confió firmemente.
Pese a su miedo, formó un plan perfecto para ir a buscar a Bam. Aquél chico que había llamado su interés, y no sólo el suyo, sino también el de aquella princesa pelinegra, que aunque parecía estar demente, era tan poderosa que había logrado obtener uno de los objetos de la serie de 13 meses.
Para poder cumplir su plan exitosamente, había pedido ayuda a Hatsu y Leesso. Sabía que ellos eran de las pocas personas en las que podía confiar, y además no le dirían que les quedaría debiendo un favor. Al menos, Leesso no diría eso, Hatsu lo haría pero su compañero lo regañaría y lo terminaría convenciendo de que no le cobraran ningún favor a Khun.
Ya estaba todo planeado, ese mismo día, luego de clases, irían los 3 chicos a llevar a cabo el plan para buscar a Bam. Sin embargo, todo empezó a verse afectado cuando llegó un nuevo estudiante ese mismo día: Rak Wraithraiser. Había hecho enojar a Khun, quién no había podido dormir bien desde hacía 3 días.
Pero él no fue quién afectó sus planes realmente. Todo se vio afectado cuando se volteó hacia la puerta y vio allí, de pie en la entrada del salón, a ese chico que tanto había estado buscando: Bam.
Khun ni siquiera había tenido que ir a buscarlo, porque Bam regresó a él.
No obstante, el peliazul palideció en cuanto vio el objeto que Bam tenía colgando en su cuello, sobre su pecho. Era uno de los objetos de la serie de los 13 meses, pero no era cualquiera, era el que pertenecía a la princesa Yuri.
¿Qué hacía entonces un irregular con un objeto tan importante? Nadie que no tuviera un trato con Zahard, podía tener uno de esos valiosos objetos. Pero esa era la primera vez que Khun veía a Bam en la Torre. Entonces, ¿Cómo? ¿Yuri había arriesgado su vida para darle un objeto como ese a un niño que apenas conocía?
¿Qué tan importante era Bam, realmente?
Lo que fue al principio, un capricho de Khun para tener algo de diversión en su aburrida y monótona vida, ahora era algo que iba mucho más allá de esto. Era curiosidad, era la necesidad de descubrir qué tan poderoso era el chico frente a él. ¿Y qué haría el peliazul una vez que lo supiera? Eso lo decidiría después.
