Jaque Mate : Que comience el juego

Prologo

La misma rutina de siempre. Me despierto; entreno; me ducho; desayuno; tomo mis clases online; almuerzo; hago tareas; disfruto mi tiempo de ocio junto a Emily; recibo a mi padre; cenamos en familia y me voy a dormir para repetir al día siguiente la misma secuencia desde hace años.

Esta casa es una fortaleza, nadie entra ni sale sin autorización. Créanme, a medida que crecía lo he intentado varias veces y es imposible, un día papa se cansó de mis intentos fallidos y por primera vez lo conocí realmente enojado.

- Soy el señor de la noche – afirmó en un susurro. En cuanto lo escucho confesarme su secreto recuerdo lo que comentaban en el noticiero hace unos días "el señor de la noche nuevamente ha hecho de las suyas" a la vez miles de imágenes vuelan por mi mente como drogas, armas, y lavado de dinero. Me congelo en mi lugar, mi poca capacidad intelectual a los ocho años tarda en procesar la información y cuando caigo en todo lo que aquello significa por primera vez en mi vida le doy la espalda a mi padre, al hombre que me crió y que me cuida como si fuese lo más preciado para él, lo cual es así desde que mama no resistió el parto.

Un mes entero estuve sin hablarle, él en ningún momento me forzó a hacerlo, tan solo esperaba que yo diera el primer paso. No puedo decir que esté de acuerdo, pero tampoco puedo hacer nada, es mi padre, es mi única familia y lo amo, me es imposible proyectar en él otra imagen de la que conozco. Con el paso de los años cada vez lo asimile más, aunque creo que se debe a que en primer lugar papa no se involucra en la prostitución, trata de personas, órganos y demás, sus rubros digamos son de lo más sano que se puede encontrar en la mafia y en segundo lugar porque desde entonces aprendí todo sobre nuestro clan.

Los años pasaban y cada vez me resistía mas a la comodidad de mi casa. Sé que es necesario para que los enemigos de papa no me encontraran, aunque la realidad es que ellos ni siquiera saben que existo, nadie sabe que el empresario Bruce Kusman es en realidad el señor de la noche, el segundo mafioso más poderoso en la actualidad – Sí, lo google bastante una vez que descubrí su identidad – así como tampoco saben que tiene una heredera.

Encerrada dentro de esta casa me estoy perdiendo millones de cosas a cada minuto que pasa. Emily es en este sentido mi heroína, gracias a ella puedo conocer un poco más de la vida real. La hija adoptiva de Nana, es dos años mayor que yo y es mi mejor amiga, bueno en realidad la única que tengo. Ems se encarga de ayudarme a entender más aun el exterior, pero cada vez se me hace más difícil seguirle el paso, mi inexperiencia es muy alta y contrasta con su experiencia que día a día crece más, supongo que ese es el resultado de que ella si concurra a un instituto como cualquier adolescente normal.

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Falta tan solo dos meses para que cumpla dieciocho años y papa hoy me dio la mejor noticia que pude haber escuchado. El día de mi cumpleaños por fin voy a ser libre.

- Desde ese día vas a poder salir sin miedo alguno, vas a poder gritar a los cuatro vientos quien es tu padre y absolutamente nadie será capaz de tocar una sola hebra de cabello. Eso te lo juro hija – me miraba atentamente mientras pronunciaba cada palabra y luego me coloco un collar en mi cuello, no era demasiado ostentoso, era simplemente una forma circular bañada en oro, pero aun así totalmente delicada - Tan solo confía en mi hija – en su mirada se reflejaban diferentes sentimientos, podía notar su emoción, pero a la vez algo de nerviosismo, temor diría, pero sin entender bien la razón - cariño ¿recuerdas cómo te llamaba tu madre cuando aún estabas en su vientre? – Asentí en cuanto recordé los videos en los que se veía a mama sentada en su silla mecedora mientras acariciaba su vientre y murmuraba mi apodo.

- Mon Ange – era imposible que una sonrisa no se dibujara en mi rostro cada vez que murmuraba el sobrenombre que ella me había otorgado

- Nunca lo olvides, cuando tengas la otra pieza del collar y escuches esas palabras, tu libertad estará asegurada – en sesenta días seria libre, a como de lugar.