Capitulo 13

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Tres semanas de puro infierno he vivido desde que Ivana llego a esta casa, y cada una de mis palabras fueron ciertas. Aquella infeliz no ha dejado de atormentar mi tranquilidad ni un solo día desde que apareció como por arte de magia en la mansión. Actualmente Thomas y yo nos encontramos distanciados, de tal gravedad es la crisis que yo he decidido mudarme de habitación ya que se me hace imposible soportar su terquedad.

Más de una vez he intentado explicar que yo no tuve nada que ver con el ¨accidente¨ domestico de Ivana, pero no entra en razón. La muy desgraciada ya había logrado generar situaciones en la que yo terminaba siendo la mala de la película, pero la jugada de hace tres días termino por darle su ansiada victoria. Yo me encontraba cocinando una tarta, ella llego y sin mediación alguna me empujo y comenzó a desarmar todo mi trabajo, yo por mi parte la quite de la misma forma que ella hizo y seguí cortando las frutas para mi postre. En ese momento Ivana arremetió contra mí una vez más y el forcejeo termino con: un corte en su mano derecha; el grito de nana que recién ingresaba a la cocina; la visita de un médico de urgencia; y un Thomas que se negaba a siquiera verme a los ojos. Por supuesto que yo no tenía culpa alguna en aquel incidente y si la tenía seria en menor medida que ella, pero de todas formas me sentí responsable de todo, y como no percibirme así con todas las miradas acusadoras y cuchicheos que se generaron en el castillo contra mi persona.

Dos días se tardó Thomas en buscar respuestas de mí, pero no solo ya era tarde pues yo ya me encontraba decidida a terminar con este martirio, sino que él tampoco se acercó en los mejores términos, por el contrario, vino a mí con una actitud cerrada ante cualquiera de mis palabras. Estaba decidido, debía salir de aquí a como dé lugar.

La esperanza de reencontrarme con Emily en un futuro cercano la perdí hace más de una semana, Thomas desde el atentado que vivieron ella y Max dijo que todo se arreglaría en poco tiempo, pero la verdad es que desde entonces no he sabido nada más de lo que él me decía después de hablar con su amigo de la infancia. A mí no se me permitía hablar con ella ya que las llamadas debían ser lo más breves posibles, y bueno en cuanto a mi padre y demás conocidos ya hace tiempo perdí las esperanzas, cada vez estoy más segura de que está muerto.

- El almuerzo ya está servido señorita – la voz de Nana Nora me despierta de mis pensamientos, había perdido la noción del tiempo recostada en la hierba del patio trasero.

- En seguida voy – la calidez que existió alguna vez entre nosotras se extinguió por completo desde el último incidente. La entiendo, después de todo Ivana es como una segunda hija para ella, la crio junto a Thomas desde que eran pequeños y yo soy solo una desconocida que apareció frente a ella hace pocos meses. Supongo que el dueño de casa se siente de la misma forma.

Al ingresar la misma escena de los últimos días se presenta ante mí. Thomas sentado en la punta de la mesa con Nana Nora a su izquierda e Ivana a su derecha, un lugar que dejo de pertenecerme ya. Tomo asiento en la otra punta lejos de ellos bajo su atenta mirada, y a la vez que ella sigue aferrada a su brazo. El almuerzo transcurre en silencio por partes de todos como últimamente sucede, a excepción de Ivana que con una alegría descomunal habla hasta por los codos.

- Buen provecho y con permiso – como siempre soy la última en llegar y la primera en irme. La hora del té la paso en la soledad del patio trasero, la cena usualmente la omito a menos que tenga demasiada hambre y el desayuno lo tomo en mi habitación asique los momentos que comparto son prácticamente inexistentes, pero todo está a punto de terminar, este castigo debe finalizar y solo hay alguien que me puede ayudar.

El reloj de mi habitación marca la una de la madrugada y con ello la hora perfecta para movilizarme, asique salí de mi cama; tome mi bata y me sumergí en la oscuridad de la mansión. Con sumo cuidado de no generar ruido alguno baje las escaleras y al llegar a la planta baja ingrese en su habitación con éxito. La observe descansar plácidamente y de un momento a otro observe su mirada de horror, era inminente un grito, pero este nunca se emitió porque para ese entonces mi mano cubría cualquier intento. Inmóviles nos encontramos por segundos que para ambas fueron interminables hasta que lo rompí con una señal de que haga silencio.

- No hables, solo escucha y te prometo que ambas vamos a salir beneficiadas de esto – hasta con su boca cubierta por mi mano pude percibir esa risa irónica que tanto la caracteriza. – pensé que estarías feliz de que me vaya de aquí – con esas simples palabras obtuve su total atención y cooperación asique la libere de mi peso.

- Habla de una vez - ni ella ni yo queríamos darle más vuelta a la situación

- Está claro que ninguna de las dos va a estar completamente en paz hasta que la otra desaparezca...-

- Dime algo que nadie en esta maldita casa no sepa – ahí estaban otra vez, esos comentarios irónicos

- Esto será más fácil si no me interrumpes cada vez que hablo – rodo los ojos, pero se mantuvo en silencio para que prosiga – en fin, por mi parte estoy dispuesta a concluir mi permanencia aquí, pero para que eso sea posible voy a necesitar tu ayuda – una sonrisa de triunfo se dibujó en su rostro y sabía que a continuación iba a regodearse por mis palabras, pero no le di tiempo – seamos realistas esto te beneficia más a ti que a mi asique no nos desviemos del tema –

Una vez más medito mis palabras - De acuerdo, ¿qué tengo que hacer? -

- Una vez que regrese al lado de mi padre, no volveré nunca más, pero para ello necesito ponerme en contacto con alguien del círculo íntimo de mi familia –

- Oh si claro, tu misterioso padre – aun no comprendo el motivo por el cual la identidad de mi progenitor nunca se le fue revelada a Ivana pero no era momento para pensar en ello.

- No nos desviemos del tema que nos compete. Lo único que necesito es un celular para poder llamar a mis conocidos – un leve ataque de risa fue su respuesta

- No seas tonta, sabes muy bien que no se permiten celulares en la mansión. Y si bien yo puedo tener el mío es evidente que toda mi actividad está siendo supervisada –

- Ya lo sé por eso mismo necesito que me consigas uno, después de todo tu puedes salir y entrar las veces que quieras –

- Por supuesto, pero por si te olvidaste a mí también me revisan cada vez que voy o vengo. Además, si Thomas se entera de que te ayude es capaz de matarme –

- Piénsalo, ¿qué prefieres? seguir estancada aquí conmigo sabiendo que tarde o temprano Thomas y yo vamos a volver o deshacerte de mí de una vez y para siempre – estaba totalmente cabreada y si no necesitaría su ayuda con gusto hubiese demostrado una gran sonrisa de triunfo.

- Solo en tus sueños, Thomas ya se percató de que realmente no vales nada – necesitaba irme o terminaría por echar todo a perder.

- Tienes hasta mañana para darme una respuesta – salí de allí con apuro y a la vez tratando de mantener la calma proporcionada por la noche. Debía ir a dormir, me esperaba un largo día.

Jaque Mate : Que comience el juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora