Capitulo 12

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Su asombro era tal que parecía que en cualquier momento sus ojos abandonarían su rostro. Thomas por su lado la miraba como si le podría cortar las manos en ese preciso momento sin pestañar y yo, bueno yo analizaba esa interacción silenciosa que estaban llevando acabo, y no tengo ninguna duda, estos dos tienen historia y no creo que me guste.

- ¿Será que me puedo vestir en paz? – frente a mis palabras la tomo por el codo y se la llevo prácticamente a rastras. ¿Es que acaso este hombre es estúpido? Debería haberla sacado, exigirle que se retire y quedarse aquí conmigo, de haberlo hecho hubiese sido una victoria asegurada para mí, pero no fue así y ahora cuando salga voy a tener que enfrentarme a la realidad que existe entre ellos, y en completa desventaja. ¡Mierda!

Entré en el comedor principal y no solo la comida ya estaba servida, sino que la intrusa se encontraba en mi lugar, almorzando al lado de mi prometido como si fuese la ama y señora de la casa. Ya no me importaba si estaba en desventaja o no, estaba completamente furiosa, con esta víbora por haber llegado, por Thomas por no actuar como debe y hasta con Nana Nora por estar allí sentada y traicionarme.

- Pastelito... - nunca odie tanto ese apodo como en este instante, la arpía se rio frente a mi sobrenombre y yo solo quería irme lejos de aquí. Irónico teniendo en cuenta que me encuentro prácticamente secuestrada, al igual que con papá.

- Buen provecho – forcé una sonrisa de cordialidad, pero creo que nadie fue tan estúpido como para creérsela.

- Mi niña, tome asiento. La comida ya está lista –

- Ya lo creo – ¡Mierda! no quería que sonara así de mal, pero una vez que lo dije ya no me pude contener – al parecer están disfrutando de la comida y la compañía – la cara de Nana Nora y Thomas se transformó, la intrusa solo sonreía frente a mi derrota inminente. Sabía que si quería vencerla no debería actuar de tal forma, pero ya era tarde. – ¿no vas a presentarme a tu amiga Thomas? – al mencionarlo se puso de pie rápidamente y vino a mi lado.

- ¿Qué sucede pastelito? – murmuro en mi oído y ella soltó una carcajada.

- Joder, esto es muy divertido – realmente quería asesinarla aquí y ahora

- ¡SUFICIENTE IVANNA! - asique la mosquita muerta tiene nombre. – Fuera, las dos -

- Th- Thomas tu nunca, nunca me levantas la voz – llámenme maldita, pero aquello me robo una leve sonrisa.

- Dije fuera – y así fue, salieron del lugar dejándonos solos.

- ¿Qué sucede pastelito? –

- Realmente estoy empezando a odiar ese apodo – me observa como si me hubiese salido un tercer ojo. Ni por casualidad esperaba una actitud así de mi parte

- ¿Qué está pasando Rosé? -

- No lo sé, tu dímelo. Hasta ayer era todo como un cuento de hadas y hoy en cuanto salgo de bañarme me encuentro con una desconocida en mi habitación que se pasea como ama y señora de aquí, juzgando cada pequeño detalle de mí y además apañada por todos. Así que yo te pregunto a ti Thomas, ¿qué carajos está sucediendo? – imagine las mil y una manera en las que podía reaccionar ante aquello y nunca pensé que lo haría riéndose en mi cara. – No le veo lo divertido –

- Hay pastelito, no puedo creer que estés celosa – Oh no, no lo dijo ¿verdad? – te ves tan linda cuando estas celosa – oh querido, no sabes lo que acabas de hacer.

- ¿Celosa? ¿Yo, celosa? – él asentía mientras reía por lo bajo - te voy a explicar algo Thomas. Yo no estoy celosa, yo lo que estoy es harta de todo. Cansada del estilo de vida que tuve al lado de mi padre durante dieciocho años, cansada de que aun siendo mayor de edad siga viviendo privada de mi libertad, ignorante de la realidad que me rodea y absorbida en la incertidumbre de mi futuro, para que además venga una cualquiera a avergonzarme, rebajarme y cuestionar todo de mí. – cualquier rastro de diversión desapareció a medida que escuchaba mis palabras.

- No tenía idea de cómo te sentías pastelito. Te pido mil disculpas – a medida que se disculpaba tuve ganas de olvidarme de todo y simplemente besarlo - lamento que hayas vivido una mala primera experiencia con Ivana, pero ya verás que pronto todo se solucionara y en poco tiempo serán buenas amigas. – Imposible.

- Mira Thomas, el hecho de que Emily es mi única amiga no es desconocido por nadie, así como el hecho de que en toda mi vida la posibilidad de relacionarme con gente de mi edad me fue negada. Pero déjame decirte algo, no necesito conocer millones de personas para percibir que esa chica no me quiere cerca de ti y que mientras lo este va a hacer hasta lo imposible para complicarme la vida –

- No es así, ella solo ... -

- No he terminado de hablar. - no fue de su agrado mi actitud, pero aun así me dejo proseguir – por todo lo mencionado estaría más que feliz de sacarla de aquí, sin embargo, la imagen que me encontré en cuanto baje me ayudo a recordar el hecho de que esta no es mi casa –

- Claro que lo es –

- No, no lo es – quiso interrumpirme una vez más, pero lo frené con la palma de mi mano y proseguí – por lo cual voy a intentar lo mejor de mi parte para tener una relación de cordialidad a partir de ahora con ella. Esto no quiere decir que voy a aceptar y callar todas las cosas que ella cometa en mi contra para perjudicarme, porque estoy segura que lo hará, así como estoy segura de que dichas situaciones me dejaran mal parada – su mirada se encontraba desviada al cielo mientras negaba levemente con su rostro, como si mis palabras fueran algo ilógico – en fin, piensa lo que quieras, pero el que avisa no traiciona, y tú ya fuiste advertido. – me fui de allí con la frente en alto, y sabiendo que esto solo era el inicio de todo.

Jaque Mate : Que comience el juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora