Esto es realmente incómodo. Nadie intenta ni siquiera generar conversación, tan solo se dignan a comer y ya. Thomas bajo a cenar cuando ya estábamos todos sentados en la mesa, se colocó en la punta de la misma sin saludar o siquiera dirigirnos la mirada, un muchacho se posiciono a su derecha, mientras yo me encontraba a su izquierda y Emily a mi lado.
Ni siquiera puedo disfrutar la espectacular cena que nos sirvieron, el ambiente se encuentra tan pesado que se me complica digerir la comida, al parecer soy la única porque hasta mi amiga come sin importarle nada, creo que en estos tres días se acostumbró a ello. En mi mente trato de pensar que decir para romper el hielo, pero termino por resignarme y esperar en calma, no quiero hacerlo enojar, necesito respuestas y el me las dará luego de cenar.
- ¡Señorita Kusman! – Coloco mi atención en Nora, ni siquiera me había percatado que se encontraba parada a mi lado – ¿acaso la comida no es de su agrado? Si es así puedo mandar a que le preparen algo mas – la preocupación invadía su rostro, pareciera como si mi poco apetito fuese una tragedia para ella.
- No, claro que no. Esta delicioso, es solo que no tengo hambre – Su gesto se aligero, pero aun así seguía inconforme.
- Señorita Kusman debe alimentarse bien para recuperarse lo más pronto posible – el tono maternal en su voz logro arrebatarme una sonrisa, pero a la vez había algo que me daba mala espina.
- Tratare Señora Nora – su leve carcajada me tomo de sorpresa.
- Oh señorita, no debe mantener las formas conmigo, puede tutearme si lo prefiere – Esta mujer es tan amable y cálida que es imposible no pensar en mi Nana cada vez que la veo, creo que hasta podrían tener la misma edad. – Solo si usted también lo hace, puede llamarme por mi nombre o como guste – las comisuras de sus labios se ampliaron, al parecer feliz con mi respuesta, pero no todos pensaban lo mismo. El carraspeo de Thomas hizo que me olvide por completo de Nora y mi atención este completamente sobre él y su profunda mirada que no indicaba buen presagio.
- Cuando terminen con las ridiculeces las espero a ambas en mi despacho – Dicho eso salió del comedor.
- Tómense su tiempo y disfruten del postre, en cuanto terminen Nora las guiara hasta el despacho – Era la primera vez que aquel extraño hablaba, era totalmente opuesto a Thomas, el parecía ser delicado y considerado en cada una de sus palabras – Por cierto me presento, mi nombre es Maximiliano Ghreen, pero puedes decirme Max – tome la mano que me ofrecía y le devolví el saludo, luego se puso de pie para seguir a Thomas – Por cierto, hoy te ves aún más hermosa que ayer querida Emily – Y sin nada más que decir nos abandonó.
Mi rostro de asombro decorado con ojos abiertos de par en par se giró al estilo "el exorcista" hacia mi amiga en busca de respuestas, pero tan solo obtuve a una Emily sonrojada que insultaba por lo bajo y nada más, no lo pude evitar y una risa dramática salió de mi – ¿Que acaba de ocurrir? -mi amiga me observo como si quisiera matarme ahí mismo y luego volvió a colocar la mirada en su plato.
- Es solo el estúpido amigo del estúpido dueño de casa, es su mano derecha o algo así. No le prestes atención, no lo vale – lo menciono tan rápido que sabía que aquí había gato encerrado.
- ¿Emily que me estas ocultando? – medito mi pregunta unos segundos y luego de soltar un sonoro suspiro nuevamente se giró a verme.
- Él... Maximiliano... él me beso – ¿Qué? Eso sí que no lo vi venir, es decir hace tres días nada más que estamos aquí – No pongas esa cara Rosé, yo no hice nada, él tan solo se acercó y lo hizo –
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Jaque Mate : Que comience el juego
RomanceFalta tan solo dos meses para que cumpla dieciocho años y papa hoy me dio la mejor noticia que pude haber escuchado. El día de mi cumpleaños por fin voy a ser libre. - Desde ese día vas a poder salir sin miedo alguno, vas a poder gritar a los cuatro...