Ahora si estoy completamente sola, desde que me desperté no había nadie. Una de las chicas del servicio me dijo que Max y Emily salieron temprano con valijas – ¡mierda! – dijo además que Thomas salió sin decir a donde al igual que Nana Nora y que no sabe cuándo regresaran. Se me borra el apetito enseguida, solo decido desayunar una fruta y volver a mi habitación, tengo bastantes libros desde la última vez que se los pedí a Thomas y es que al ayudarlo en su trabajo no estuve leyendo, asique elijo uno y le doy una oportunidad.
Para la hora del almuerzo la casa sigue igual de abandonada, tengo un plato con pizza y ensalada delante de mí, pero solo puedo pensar en lo enorme que es esta mesa para una sola comensal. Cuando termino decido partir nuevamente a mi habitación a terminar con la lectura, pero para mi suerte vuelvo a tener compañía.
- ¡Nana! – me da tanta alegría ver a alguien que no puedo disimularla
- Mi niña.... ¿Ya almorzaste? – le respondo que si mientras observo como personal de la casa ayudan a entrar las bolsas de todo lo que compro.
- ¿Y todo eso? –
- Salí a hacer unos trámites y ya que estaba en la calle aproveché a hacer las compras. ¿Sabes si mi niño regreso? –
- Tengo entendido que no –
- Ah bueno, no se debe tardar – el escucharla decir eso me llena de felicidad y no quiero analizar porque, solo quiero que Thomas vuelva y que me designe tareas para hacer en su despacho mientras tomamos alguna infusión y yo como los postres de ambos.
- Nana, iré a tomar una ducha. Si Thomas llega y se pone a trabajar ¿me avisas por favor? -
- Claro que sí, ve - llego a mi habitación con un humor mejor de cuando me desperté, preparo la bañera con un poco de sales y aceites y me baño. Una hora después me visto con el pijama que me regalo Nora hace unos días y me seco el cabello sin dejar un solo mechón húmedo, cada día que pasa el frio es mayor. Golpean mi puerta y Nana entra justo cuando termino – Querida, Thomas ya está en su despacho – al escucharla salgo rápido hacia allí y luego de dos golpes me deja pasar. Como siempre no me saluda ni nada por el estilo, él ya sabe que soy yo, y yo ya sé que debo hacer mi trabajo sin molestar. Asique me dirijo al sillón grande y retomo en donde había dejado ayer.
Nuevamente a las cinco Nana Nora trae los tentempiés, esta vez un té de manzana verde acompañado con unas galletas de avena que estaban para matar por ellas. En cuanto termino, mi mirada recae en el plato de enfrente y sin decir nada Thomas ya me lo está entregando, pero antes de tomarlo lo aparta de mi rápidamente.
- ¿he? - la confusión me domina y él solo me observa. No dice nada solo me analiza de una forma extraña, no sé cómo interpretarlo, es algo nuevo para mí. Creo que percibe mi controversia porque en seguida vuelve a acercarme el plato, pero nunca nada es tan sencillo con él
- Solo la mitad - dice mientras apoya el plato enfrente mío y vuelve a su trabajo. – no quiero que lo de ayer se repita, no te quiero ver así de nuevo – mi respiración se detiene, sé que nuevamente me está observando, pero es tan imponente la atención que me brinda que me es imposible igualarle la mirada. Las imágenes de la cena de anoche me inundan, así como el dolor que sentí. Mi mano aferrada al plato ni siquiera se inmuta hasta que el prosigue – Ayer no podías ni con la mitad del plato, no quiero que se repita – y en cuanto siento que vuelve al trabajo tomo una galleta, pero ya se me fueron las ganas.
Solo nosotros tres cenamos, y aunque éramos menor cantidad en la mesa y prácticamente no hablamos estuvo bien, todo con tal de no volver a comer sola está bien. Al terminar la cena debemos volver al trabajo, Thomas necesita terminar todo para hoy asique decido seguir ayudándolo. Pero hay un pequeño problema y es que olvide que en este mundo nada es para siempre
Miro la hora y son las once de la noche – Thomas estos archivos ya están, te los deje junto con los otros –
- De acuerdo – Ni siquiera me dedica una mirada tan solo sigue tecleando, pero yo ya estoy acostumbrada y no me molesta
- ¿Con que sigo? – pregunto mientras busco a mi alrededor mi siguiente tarea.
- ¿Terminaste la identificación de números celulares?
- Si –
- ¿Terminaste con la enumeración de los activos? – Nana ingresa a regalarme un té relajante
- Si – respondo mientras doy mi primer trago
- ¿Con la reorganización de los moradores? ¿Y con la clasificación de la mercadería que debería ingresar a fines de mes? –
- Si y si – tomé otro sorbo orgullosa de mi desempeño, pero me arrepentí en cuanto el me miro con el ceño fruncido y luego observo a su alrededor.
- Pues entonces, creo que ya está. Te puedes ir a dormir – me despedí sin obtener respuesta y fui a descansar, pensé que mañana me esperaba un largo día, pero no era así. Al día siguiente Thomas volvió a casa por la noche, y en cuanto se encerró en su despacho me presente ante él.
- ¿Hoy que me toca hacer? – pregunte motivada mientras él tomaba un sorbo del whisky en su mano para luego mirarme dubitativo
- ¿Ayer no me dijiste que habías terminado? -
- Si –
- Entonces ya está – mi sonrisa se borró de inmediato
- ¿Ya está? No entiendo –
- Ya hiciste todo, no hay nada más que tú puedas hacer. Lo demás lo debo seguir yo - su voz se fue apagando. Sabía lo que significaba, volver a mi aburrida rutina una vez más, estar sola una vez más. – Te estoy hablando Rosé – lo observe, pero enseguida baje la mirada, mis ojos empezaban a picar y sabía lo que vendría a continuación – puedes irte – debería hacerlo, pero no puedo, no quiero, quiero estar acá, quiero estar con él. – ¿Rosé? – Su tono era cauteloso ahora, y lo peor es que ya no pude retener las lágrimas asique opte por retener el poco orgullo que me quedaba –
- Que descanses – fue lo único que pude murmurar y salí de allí a toda prisa. Pase por delante de mi habitación y cinco minutos después me encontraba en el balcón, en mi espacio privado. Hace tiempo que no venía, porque hace tiempo había dejado de llorar para poder reír, pero ahora estoy aquí nuevamente quitando mis penas en llanto.
Media hora más tarde, mientras estaba recostada contra la pared de la casa y aferrada a mis piernas por el frio que me invadía, las ultimas gotas se escapaban silenciosamente. Ya era tarde, debería ir a dormir antes de que me dé una neumonía asique me puse de pie justo cuando un ruido llamo mi atención. El personal de seguridad corría de un lado hacia el otro, varios se adentraron en el bosque detrás de la casa y todos gritaban. El miedo me invadió, lo primero que me vino a la mente es que alguien había atacado y que debería ir lo más pronto posible con Thomas, pero antes de que me pueda mover la puerta del balcón se abrió de par en par con un estruendo ensordecedor y con un hombre agitado y preocupado
- ¿Thomas? – nunca lo había visto así, era algo impactante de presenciar, pero antes de que pueda preguntar qué sucedía, se acercó a mí con paso firme y me tomo por los hombros con tanta fuerza que dolía.
- ¿Dónde carajos estabas? – nunca lo vi tan enojado como ahora, nunca me genero tanto miedo como en estos instantes.
- Estaba acá, tomando un poco de aire – mientras hablaba el me observo y en cuanto me analizo detalladamente sus facciones se suavizaron, y su fuerza de agarre se redujo sin soltarme. Nos quedamos así hasta que con delicadeza paso su pulgar por mi mejilla para borrar el rastro de una lagrima
- No me vuelvas a asustar de esa forma – y me beso, así sin decir una palabra más unió nuestros labios. Thomas tomo mi primer beso y con él mi corazón.
ESTÁS LEYENDO
Jaque Mate : Que comience el juego
RomanceFalta tan solo dos meses para que cumpla dieciocho años y papa hoy me dio la mejor noticia que pude haber escuchado. El día de mi cumpleaños por fin voy a ser libre. - Desde ese día vas a poder salir sin miedo alguno, vas a poder gritar a los cuatro...