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Abrió los ojos cuidadosamente, algo irritado por la luz del día que se adentra por los agujeros de la casa hecha de madera y las ventanas cuyos vidrios ya esta an agrietado y rotos, trato de cubrir el brillo del sol con sus manos para poder acostumbrarse a éste, al principio noto una silueta borrosa que estaba sentado enfrente suyo a una corta distancia. Parpadeo un par de veces y visualizó una cabellera rubia y ojos zafiro que lo miraba fríamente, entonces recordó lo que pasó anoche.
—¡Woah! Tu, tu, ¡tus ojos eran rojos! Y no me vengas que lo soñé nuevamente.
—Ya tan ruidoso en la mañana —dijo, mientras se picaba las orejas con irritación.
El oji-zafiro se levantó de la vieja y polvorienta silla para luego irse sin si quiera despedirse, pero ahí no terminaría la conversación según el azabache.
—Oye, ¿a donde vas? Aun no hemos terminado de hablar —se levantó para seguirle a continuación.
El rubio se volteo para darle la cara con una mirada sería—. Bien, ya lo sabes ahora, más te vale tener la boca cerrada, no hagas que me arrepienta de no haberte drenado completamente.
Yü se detuvo un momento, pensando en que quiso decir con eso de drenarle. Entonces, recordó con más detalles de lo que pasó anteriormente, antes de que todo a su alrededor se volviera borroso. No sólo sus ojos cambiaron de color, había visto colmillos, sangre y... Una sensación placentera. Miró su mano que había sido lastimada días anteriores, la sangre que había corrido sobre su piel estaba seca, pero lusia como si se hubiera derramado no hace mucho de su corte, también había dos pequeños huecos en el.
—¿Que eres? —preguntó aun mirando los dos caminos que habían sido clavados en la palma. Esta más intrigado, pero no aterrado sobre saber que era él.
—Un vampiro —prosiguió con su camino de regreso fuera del bosque.
Una vez que le respondió, recordó lo que había aprendido alguna vez, lo que había pensado que era sólo cuentos de hadas o un mito, ¡pero joder, era cierto! ¿Los vampiros realmente existían?
—¿¡Entonces eso quiere decir que puedes correr rápido, que tienes super fuerza y logras ver de lejos!?—pregunto eufórico mientras le seguía, dejando en lado lo que más le daba curiosidad, aquella sensación de ayer en la noche, de cuando le mordió, pero dentro de sí sentíawue era una pregunta íntima, le daba vergüenza de cierta forma sacar el tema.
Chasqueo la lengua con irritación —. Dije que soy un vampiro, no un super héroe.
Éste solo soltó un soplido algo cansado de su actitud cortante y fría, pensaba que después de saber su secreto se harían más cercanos. Bien es cierto que es muy insistente de parte del azabache querer tener un vínculo cercano con su vecino cuyo nombre ni si quiera sabía aúna1a.
El rubio en el camino solo pensaba lo raro que el chico de oji-esmeralda no lo tratara como un monstruo o algo parecido.
Dicen que los humanos le temen a lo extraño y desconocido y a causa de ello siempre optan por la violencia o experimentos raros que tengan que ver con tortura eterna cuando se trata de seres vivos hasta dejarlos como muñecas vacías, que ya no sienten más que sólo las ganas de que su infierno llegue a su fin, eso es lo que más temía aquella mujer a quien consideraba madre, cual sabía que no era su familia de sangre, pero que lo protegió de aquellos humanos, le advertío siempre de las calaminades que obtarian por deshacerse de lo que le temen.
Volteo para ver al azabache quien caminaba con la cabeza baja pateando algunas piedritas sin tantas ganas. Sonrió un poco, diciéndose así mismo.
"Él no parece tan malo madre.." Pensó.
Los tiempos han cambiado, es posible que finalmente no tendría que esconderse más, podría disfrutar de una vida normal, probar que es una escuela, universidad, ir a comprar, salir con amigos. Todas esas cosas que a lo largo de los años escucho atraves de las viejas paredes.
Todos ellos eran eufóricos, jóvenes, llenos de vida.. Llenos de.. Sangre fresca..
Sacudió su cabeza apartando esos pensamientos que siempre reprochó, temía que ese lado suyo finalmente tomará control de él, la sed cada día era aún más fuerte ni una bolsa entera no lo saciaba, probablemente era porque ya se estaba secando después de todo llevan fuera de un cuerpo calido o podría ser que se acercaba la luna roja..
Cada cierto tiempo que la luna roja aparece su apetito por tomar sangre sin control. Cuando llego a la adolescencia empezó a sentir sus primeros síntomas en una luna roja, para ser su primera vez se había vuelto agresivo, no tenía consciencia ni control de sí mismo, esa noche había lastimado a la única persona que amaba y en ese mismo momento había cobrado consciencia de sus acciones, con las manos temblorosas trataba de controlarse, pero sentía que iba a perder el control nuevamente y pidiendo a gritos le decía a la anciana que lo atara lo más fuerte posible en una silla. Una vez hecho, sin poder moverse, sentía un calor intenso recorrer su cuerpo, sus colmillos se enterraban en sus carnosos labios por la fuerza que hacía para aguantar el fuego que estaba sintiendo su cuerpo, era doloroso, lo odiaba, sobre todo porque había herido a la persona que más le importaba en ese tiempo.
Regresando al tiempo de ahora, habían llegado a las afuera del bosque, donde no habían más árboles que ver, es extraño que su vecino insistente no le haya hecho más preguntas durante el camino, volteo para hablarle, tal vez podrían.. No se, ser algo cercanos, le daba vergüenza después de tantos años sin entablar una conversación normal con alguien, más era la razón que solo había hablado y reído con una sola persona en toda su vida y había sido aquella anciana que le acojio cuando lo habían abandonado.
Abrió un poco los labios, algo dudoso por si debería hablarle o no, pero era muy tarde el azabache solo pasó a su costado sin decirle una sola palabra, solo se fue dirigiéndose lo que era su hogar. Pudo notar también su expresión, estaba.. ¿Enojado?
[...]
Yüichirou se adentro a su casa con cara de pocos amigos, estaba disgustado por el hecho de que aún lo trataba tan mal o así se sentía con esa forma de hablarle tan cortante. Su molestia se volvería aún más grande después de que sus padres sentados en la sala lo miraran con rabia y a la vez preocupación; el oji-violeta se levantó para acercarsele y luego golpearlo, no tan fuerte, pero si lo suficiente para que recordará que no debía irse sin decir nada, sin si quiera haber dejado una nota.
—¿¡Donde te habías metido?! Desde la mañana no te habíamos encontrado, más te vale no andar metido en nada serio o de lo contrario te vas arrepentir mocoso.
Shinya quién veía la situación más preocupado que antes decidió tomar cartas en la mesa.
—Guren, no hay porque ser tan violentos él nos explicara luego, solo míralo..
Es cierto, Yü no estaba de humor para lidiar con sus padres, no tanto por lo de su vecino, no había dormido ni comido, estaba tan irritado que sólo quería dormir y despertar como un vegetal fresco.
Yüichirou dio una ultima mirada a sus padres para luego subir las escaleras y entrar a su cuarto, a continuación se hecho en la cama cansado de la noche larga, sentía que le faltaba energías, ¿podría ser que a las finales ese vampiro le había tomado mas sangre de la que debía?
Hundió su rostro en la almohada, respiro hondo y luego libero todo su malestar para tener la mente clara, ahora ya sabia el secreto del rubio ¿Qué haría de ahora en adelante? Sus amigos no le creerán al menos que lo vieran con sus propios ojos, aun que de todas maneras prometió no decir nada, bueno, todo esto le parecía interesante, al fin su vida no seria tan aburrida como lo había sido todo este tiempo, tal vez insistiría un poco mas para acercársele ¡Si eso haría!Autor; chica rara.
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𝙫𝙖𝙢𝙥𝙮𝙧𝙪𝙨; 𝙢𝙞𝙠𝙖𝙮𝙪𝙪
Fanfiction❝Mikaela es un vampiro del siglo XV. Su madre y su padre fueron asesinados por los campesinos que vivían cerca del castillo de Vlad Tepes, su padre, a causa de que el era un vampiro. Horn, "su esposa" era humana y el único sobreviviente fue el bebé...