Capítulo 18

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18;

El sol había salido filtrando se por las pequeñas brechas del granero, generando una irritación en ambos muchachos que dormían en la cama de paja improvisada, haciéndolos removerse en sus lugares, aunque el rubio había estado despierto toda la noche observando al azabache y pensando en como se habían tornado las cosas.

—Yuichiro, cariño, ¿estas aquí?

Los sentidos de Mikaela se agudizaron al escuchar a una persona acercarse, por lo cual movió al azabache de su lugar para que despertará, quien se quejo al sentir los empujones constantes.

—Despierta Yü-chan, alguien se acerca y es a ti a quien te buscan.

—Otro rato más —o dios, tenía que lidiar con una persona de sueño pesado.

Siguió moviendolo, sin embargo; la respuesta que obtuvo fue que Yüichiro se dió la vuelta abrazando a Mikaela, dejándolo perplejo y con el rostro calentandose a pesar de ser de sangre fría, es como si Yü hubiera instalado en el un interruptor para hervir su sangre, pero espabiló en el momento al escuchar la puerta del granero ser abierta.

—¡Despierta! —lo jaló del cabello con la esperanza que eso funcionará.

—¡¿Qué carajos!? ¿Por qué me jalaste del cabello?

A pesar que quería seguir reprochandole por su forma de decirle los buenos días no podía continuar debido a que frente a ellos  se encontraba Shinya, quien miró a su hijo sentado frente a un rubio muchacho, pero más paralizado quedó al mirarlo detalle por detalle, notando aquellos colmillos.

—Yü, ven aquí —ordenó, posicionando su mano derecha detrás de él —. ¡Apurate!

Su cerebro automáticamente obedeció al escucharlo muy enojado, poniéndose atrás de su papá y antes de tan solo preguntar que sucedía, el peli-blanco saco un arma, disparando al vampiro, donde del orificio salió una aguja, incrustadose en el cuello del oji-zafiro, provocando en el chico un estado inconsciencia.

—¿Qué has hecho? —preguntó con miedo en su mirar, queriendo acercarse a Mika.

Su padre detuvo su camino y saco de su bolsillo su teléfono.

—Vengan a la colina de Kio- —Yüichiro no sabía porque lo hizo, llamenlo intuición, pero sintió que no debía permitir esa llamada, así que le quito el teléfono y colgó—. Yü, hijo, dame el móvil.

—¿Que harás y que le has hecho a mi amigo?

—Yü, él es peligroso, no sabes de lo que es capaz —Yü rió con sarcasmo.

—No te lo vas a llevar. Quiero que me expliques que es lo que hiciste y a quien llamaste.

Shinya suspiró y se fue solo por un pequeño momento sin antes avisarle a su hijo que se mantuviera alejado del rubio para después volver con una soga, acercándose al chico que descansaba para amarrarle las manos y los pies. No es como si eso fuera a detener a un vampiro, pero mientras aún mantuviera el calmante corriendo por su sistema las soga sólo lo mantendría unos momentos más inmovilizado si en caso despertará.

—Yü, cariño, tu amigo es a lo que hace muchas décadas atrás los llamaban Vampiros, ¿sabes que son, no? No son nada a lo que describen en las películas actuales, son peligrosos, una plaga para la raz-

—Detente ahí. Primero que nada se lo que es y también te estas equivocando, él no es peligroso, así que no trates de meterme cosas malas sobre Mikaela a la cabeza. He estado con él desde que nos mudamos y me ves aquí con vida —se cruzó de brazos mirando a su padre a los ojos —. Ahora quiero que me expliques por qué actuaste de esa forma y te pregunto de nuevo, ¿a quién llamaste?

𝙫𝙖𝙢𝙥𝙮𝙧𝙪𝙨; 𝙢𝙞𝙠𝙖𝙮𝙪𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora