17;
Los tres se encontraban en el granero sentados entre el heno que los rodeaba. Mika y Yü se secaban con unas toallas, cuales Shinoa había traído por pedido del oji-esmeralda. Ninguno de los tres decía palabra alguna y el rubio miraba a ambos de una manera tan incomoda, puesto que literal jamás en su vida ha hablado con más de una persona y mucho menos por su cuenta, que dos ya estuviera a tan poco metros de él; era como si la otra ya lo supiera todo. Por suerte poco después la peli-lila decidío hablar.—¿Y bien? —miró al azabache atenta sobre lo que respondería.
—¿Qué?
Y todavía le preguntaba a qué venía su anterior pregunta y ella río nerviosa mirando de reojo al rubio quien seguía secando sus mechones húmedos.
—¿Quien es él?
—¡Ah! —respondió entendiendo ahora—. Un amigo.
—¿Y que hace aquí? —preguntó algo confundida, porque si, era extraño conocer de pronto a uno de los amigos de Yü que jamás había visto en la universidad y que se estuviera quedando en el granero —. ¿Tus papás y abuelos saben que esta aquí?
—¿Por qué me has seguido? —le corto la pregunta, prefierinedo cambiar el tema, ya que le dijo que iría a una parte y que ella se quedara en su habitación.
Shinoa se había quedado callada un momento y nuevamente noto como bajaba la cabeza, siendo algo tímida ante su pregunta.
—Yo... Yo sabía que irías al río y quería pasar el rato contigo aún así, como en los viejos tiempos cuando recojiamos piedras de ahí.
Yü suspiro y miró a Mikaela había dejado de secarse, y finalmente miró a su prima a la cara, pero su forma de mirarla era de... ¿Molesto?
—Ya no somos niños como antes, Shinoa —le hizo saber teniendo su atención en ella otra vez.
Ella asintió apenada—. Entiendo, sobre él..
—Se está quedando porque se ha quedado sin dinero para pagar la renta de su departamento —vaya, que grandiosa idea—. Será mejor que regresamos a la casa.
Ambos se levantaron para irse, sin antes despedirse de Mika.
Una vez dentro, cada quien se fue a su habitación; Shinoa a la habitación de invitados que compartiría con Mahiru y él a la suya, cosa que le pidió que fuera a la de invitados y no a la suya porque tenía que cambiarse.
Cuando ya estaba seco escucho la puerta tocar y le dijo que pasara viendo a la oji-cobre asomándose ya con su pijama puesta, una que le hacía sentir extraño, puesto que estaba usando una de seda, blanca y delicada, digamos que no abrigaba mucho tampoco, porque era muy escotado y corto.
—No le digas a nadie sobre Mikaela —hablo cuando Shinoa tomó asiento en el borde de la cama.
Asintió con la cabeza y acomodo su cabello detrás de sus orejas —No te preocupes, no les diré y, hm.. —jugo con sus manos antes de terminar la oración y desvío su mirada a ellas —. ¿Puedo dormir contigo esta noche? Al parecer a Mahiru se le ha pegado un resfriado y cuando se le tapa la nariz, ya sabes lo ruidosa que es al dormir cuando eso pasa.
Si, roncaba peor que el rugido de un león y obviamente, no era nada divertido.
—Esta bien, podes dormir aquí —ella le miró con el rostro rojo y algo estupefacta por su respuesta, pensó que la rechazaría —Yo iré al granero —sonrió.
Y la casi sonrisa que Shinoa tenía desvaneció rápido de su cara, escuchando en su mente como su ilusión se rompía como si hubieran tirado piedras a un espejo donde su rostro se reflejaba.
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𝙫𝙖𝙢𝙥𝙮𝙧𝙪𝙨; 𝙢𝙞𝙠𝙖𝙮𝙪𝙪
Fanfiction❝Mikaela es un vampiro del siglo XV. Su madre y su padre fueron asesinados por los campesinos que vivían cerca del castillo de Vlad Tepes, su padre, a causa de que el era un vampiro. Horn, "su esposa" era humana y el único sobreviviente fue el bebé...