Capítulo 15

524 71 14
                                    

15;

Abrió la gran puerta del granero dejando que el rubio visualizará los alrededores de esta, aunque no hubiera mucho que ver, puesto que estaba oscuro, cual a continuación; Yüichiro encendió la linterna que había llevado consigo antes de salir por la ventana de su habitación ya que estaban sus abuelos y padres en el primer piso. Guió a su ex vecino, ahora prácticamente eran dos conocidos viviendo en el mismo terreno o probablemente dos amigos, no estaban tan claro ante ello, porque no había compartido muchos momentos juntos, ya saben, salir, jugar video juegos en la casa del otro, ir a comer. Más bien vivían el día a día como nadie más la viviría, pero ya habría tiempo para las normales.

—Es en el segundo piso del granero—dijo mientras cerraba a sus espaldas las puertas y después le tomó de la mano para llevarlo a las escaleras e ir a donde le había hecho la cama —. Lamento que no sea dentro de la casa donde pudiera mantenerte a escondidas, pero todas las habitaciones son donde mis abuelos pasan.

—No hay problema —miro la cama de paja una vez ahí, envuelta en una sabana con almohadas  y una cobija doblada a un costado, más una linterna. Sonrió porque le recordaba un poco a la cabaña en el bosque cuando vivía con aquella señora que a su temprana edad sólo le pudo hacer una cama de paja hasta obtener lo suficiente y comprarle una cama apropiada, la extrañaba tanto a pesar de haber pasado tantos años—. Me gusta.

Yüichiro le sonrió de oreja a oreja haciendo que sus ojos desaparecieran sólo un poco en una línea, no es como si tuviera ojos pequeños, pero le brindó una sonrisa tan brillante que por un momento sintió que le dolió el pecho, justo donde su corazón descansaba y desvío la mirada del moreno dejando la mochila que había traído consigo a un lado.

—De todas formas trataré de encontrarte cosas más cómodas—Mikaela asintió, aunque pensaba que no era necesario, pero tampoco se lo dijo—. ¿Por qué has decidido venir? Me pareció extraño que me pidieras que buscará un lugar donde te pudieras quedar.

—Tal vez este en lo incorrecto, pero creo que algo quieren con ustedes. Si Lacus ha venido hasta tu casa durante la noche y lo has visto en tu universidad, lo más seguro es que busca algo.

Yü suspiro aliviado, mientras tomaba asiento alado del rubio para proseguir con la conversación. La verdad es que quería pasar mas tiempo con él, aprovechando que estarían más cerca que antes.

—Pensé que estaban de casería o algo así —río algo nervioso.

Él asintió mordiendo su labio inferior mientras observaba cada detalle de su rostro, siempre estuvo muy concentrado en lo que sucedía a su alrededor que nunca noto las facciones del chico insistente que le había perseguido incluso hace tiempo atrás al hospital donde recogía sin permiso alguno la sangre donada. Y he aquí ahora, de la nada se empezó a sentirse nervioso o tal vez no sabía explicarlo muy bien, porque era algo que no había sentido antes.

—¿Qué tanto miras? ¿Acaso tienes hambre? —se acercó aún más para mirarle a detalle su expresión, pues parecía que tenía algún tipo de malestar.

El contrario miró la morena piel de su terco vecino, sobre todo aquella zona cual estaba cubierto por una gargantilla negra, trago con dificultad y negó, aunque si le apetecía –siempre que lo tenía cerca de hecho–, y era algo doloroso contenerse, lo odiaba, pero estaba en su naturaleza el desear aquella sangre cada vez que lo tenía en sus narices, eran como animales hambrientos, pero peor, no lograban ser saciados. Se rascó el cuello frustrado por las ganas de querer unir sus colmillos en esa piel blanda y succionarlo hasta estar satisfecho.

—No te creo—lo tomo del cuello bruscamente, acercadolo a su cuello —. Sabes que no me molestare, no me harás daño, estaré al tanto de que no te sientas mal —subió su mano para acariciar las hebras rubias del vampiro para calmarlo, pues sentía la respiración contraria chocar en su piel como si le faltase el aire.

𝙫𝙖𝙢𝙥𝙮𝙧𝙪𝙨; 𝙢𝙞𝙠𝙖𝙮𝙪𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora