Asquerosidad

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El aire parece un cuajo de leche podrida,

despidiendo aromas vomitivos

que se escurren entre la mucosa nasal

y se deslizan libremente sobre mi lengua...

asco,

nausea,

todo se mueve aun cuando me quedo quieto

arrumado sobre la cama,

como una almohada avejentada

que ya no brinda suficiente confort

pero nos negamos a deshacernos de ella...

los pensamientos mastican palabras incomprensibles

en todos los idiomas que mi alma ha hablado,

y solo una palabra parece ser lo suficientemente fuerte

como para sobreponerse al ruido blanco de mi mente

una que lacera hasta las vísceras

y es imposible de limpiarla...

todo parece conspirar,

el viento que se hace espeso como saliva

el polen que se vuelve dardos apuntados a mis pupilas,

las lágrimas que salen como aspersores programados,

el recuerdo de los errores mínimos,

la angustia de nunca poder llegar a ser bueno,

y quiero articular palabras

pero la lengua se enreda como mis cabellos

pesa como los cúmulos grasos alrededor de mi cintura,

y me ahogo en una rima incompleta

que baja por mi esófago

y alimenta la desesperación que anida en mi estómago

como un parásito resistente a los antibióticos y a los antidepresivos...

siempre intuí que era un pedazo de mierda,

hoy el dolor con el que vivo no hace más que confirmarlo.

Entre las cobijasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora