No sé

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Tus brazos ya no se sienten tan seguros como hace años,

Pues mi nombre ha garabateado tristeza en tus pupilas,

Disculparme no es suficiente...

He abierto la ventana para que vueles libre,

Para que te pierdas en otros vientos,

Y descanses en otros prados,

Pero has renunciado a la libertad ofrecida,

Y en este nido decrépito te has acurrucado,

Dejando descansar tus brazos alrededor de mi cintura indefinida,

Y tus labios sobre mi nuca,

Cuando me oyes suplicar por el olvido,

Me besas susurrando palabras dulces,

Que los rompen el ligero hilván con que salen mis rimas oscuras...

Te amo, ni por un segundo lo dudaría,

Me amas, jamás podría siquiera imaginar lo contrario...

Pero el dolor les gana la guerra a los analgésicos,

Y el cuerpo se siente una prisión asquerosa

De la que quiero salir corriendo,

Sin mirar atrás, sin siquiera dar una hojeada somera hacia atrás,

¿Cómo despedirme nuevamente si esas palabras me laceran tanto?

Sé que mi desesperanza huele te resulta tan familiar como mis cabellos,

Y sé que entiendes la rabia diluida en mis lágrimas...

Pero, aun así, no me permites rendirme,

Y no sé si agradecerte o increparte por ello,

Simplemente, no lo sé.

Entre las cobijasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora