Las horas van secando el llanto como lluvia,
Y ese rosario de plegarias escurriendo por mis mejillas,
Se va volviendo lentamente en un recuerdo más,
Como tantos que se han escurrido entre mis pensamientos...
Otra vez, aquí en silencio, sobre la cama,
Otra vez, sin encontrar sentido a todo esto,
Cada respiro es más agrio que el que lo precedió,
Y cada instante es más angustiante,
Procuro tragarme la ira y la desesperanza que se escurre por la garganta,
Como la flema que llena mis pulmones...
Mientras la impaciencia se estira en mis tripas
Como un ejército de langostas
Masticando todo a su paso,
Y aturdiendo mi enclenque cordura con el sombrío chirrido de sus mandíbulas...
¿Cuánto más debe de esperar mi cuerpo para convertirse en un buffet para grillos y escarabajos?
¿Cuánto más debo esperar para que las lombrices graben sus nombres en mi carne con sus pegajosas mandíbulas?
Mis huesos ya casi cuentan cuatro décadas,
Pero mi alma cuenta muchas vidas que recuerdo en retazos mal cortados,
Aliñados como lechuga mustia con tanto dolor, ardor y fatiga
Que la vida sabe a hiel y amargura... Simplemente ya no aguanto...
Ojalá esta noche cosiera mis párpados,
Pues ya no quiero ver otra mañana.
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Entre las cobijas
PoetrySugerente título, sin embargo, totalmente alejado a lo que hubiese escrito en mi adolescencia. Déjame contarte algo...veinte años han pasado desde la primera vez que mis articulaciones comenzaron a doler, a sentir como la piel se agrietaba desde den...