Receso

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La luna intenta mirar a otro lado,
Pero sus instintos sádicos no la dejan,
Y disfruta de la escena,
Dónde todo es incoloro cómo mis ojos dilatados,
Derritiéndose en el terror de verme indefenso nuevamente,
Sin pretextos ingeniosos para sonreírle al mundo,
Dejándome guiar por con el natural talento de no ahogarme en los mares tibios
Que brotan de mis ojos sin control alguno...
Hoy llenaré la casa de lamentos,
Y me lanzaré endemoniados insultos como dardos,
Certeros y sin anestesia,
Hasta que no quede fuerza y mi aliento se haya vuelto enclenque como mi cuerpo,
Y el dolor me deje como presa medio devorar,
Pues ya se hastío de mi sabor,
Y le da la espalda mientras se aleja hasta que vuelva a sentir hambre,
Y venga por lo que queda.

Entre las cobijasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora