No me quiero ir

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Luego de la noticia que me acababa de dar este extraño personaje, decidí entrar a Tauro.
Iba caminando con mil pensamientos en la cabeza, la salida con Dohko, el beso, mi huida, la segunda vez que Shion me salva la vida, mi mudanza de Tauro a Cáncer, el no saber cómo será el guardián de esa casa, si me tratará igual que Aldebaran... En fin, muchas cosas. Había tanto ruido en mí cabeza que no escuché que Kamisu estaba llamandome.

- niña! Disculpe, ¿Se siente bien?

- disculpa Kamisu, estaba pensando en varias cosas y no te escuché

- viendo el aspecto de su cara, la salida no fue muy satisfactoria verdad señorita?- me miró de arriba abajo sorprendida- y ese no es el vestido que yo le di? Dígame qué pasó por favor- su cara paso de asombro a preocupación en un instante.

- si me preparas un te de hierbas, juro que te contaré todo- le dije casi en súplica- ah y te advierto que es muuuuuy largo.

- estoy aquí para oírla, vaya al salón que inmediatamente le llevo un te- sonrió, aunque no pudo disimular su preocupación.

Le expliqué absolutamente todo lo que sucedió, desde mi salida con Dohko de Tauro hasta la llegada nuevamente al santuario. Kamisu estaba muy preocupada, se la veía angustiada mientras relataba lo sucedido.

- niña, está usted consiente de que podría haber sido una tragedia?- me tomo de las manos y me miró a los ojos- por qué huyó? Yo pensé que usted y el joven Dohko podrían relacionarse muy bien... Que pasó?

- no lo sé... No sé qué me pasó en ese momento, pero algo me hizo huir, algo que sentí aquí- poniendo mí mano en mí pecho- son demasiadas cosas Kamizu.

Ella solamente me abrazó, fuerte, con afecto, tratando de juntar cada uno de los pedazos en los que me estaba partiendo desde que llegué aquí.

-joven Emma, todo estará bien, confíe por favor- sus ojos estaban cristalinos- además... debo decirle algo, espero que no se ponga mal- agachando su cabeza- su verdadero maestro, Manigoldo de cáncer, está próximo a llegar al santuario.

- lo se Kamisu, - emití un largo suspiro- Kardia me lo dijo hace unos momentos.

- lamento que se haya enterado por otra persona- me miró con tristeza- necesito que me acompañe a acondicionar su habitación, y además quiero enseñarle la casa de cáncer, que se vaya adaptando a su nuevo hogar.

- no me quiero ir... Me quiero quedar con ustedes dos- la mire con ojos de súplica.

- jovencita, no se ponga mal- me tomo de las manos- las decisiones de la Diosa Athena son muy sabías, ella sabe perfectamente porque hace las cosas. Confíe en ella por favor.

- es muy difícil, pero si ... tienes razón, espero que Manigoldo me de las herramientas para volver a mí tiempo- esbozando una pequeña sonrisa.

- seguramente pronto regresará a casa, con su familia, no lo dude.

- aunque también te extrañaré mucho, a tí y Aldebaran, a ambos, fueron muy buenos conmigo.

- usted puede venir a Tauro las veces que quiera, siempre será bienvenida.

- te lo agradezco mucho Kamizu.

Sellamos el pacto con un abrazo, muy afectuoso, sabiendo ambas que ya no nos íbamos a ver tan seguido como antes, ya no iba a despertar con su tierno llamado por las mañanas, con sus deliciosos banquetes, con las charlas tan amenas que teníamos las dos, nuestra complicidad, la risa tan hermosa de Aldebaran.
Debo afrontar este nuevo paso, este nuevo cambio, solo con el fin de regresar por fin a mí tiempo.

MI DECISIÓN (The Lost Canvas x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora