Recorrido por las casas

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Los rayos de sol y la suave brisa en mi rostro me anunciaron que ya era de mañana. Estire mis brazos y mi cuerpo, aún estando acostada, para desperezarme un poco.
Realmente estaba cansada, toda esta locura que estaba viviendo me agotaba física y mentalmente. Me abrace a mi almohada y me quedé mirando el techo abovedado y con aspecto antiguo de mi habitación.

-Qué me pasó? Por qué estoy acá?- las preguntas que rondaban una y otra vez en mi cabeza- cuando volveré a casa?- una lágrima traicionera rodó por mi mejilla.

Realmente extrañaba mi hogar. Trato de fingir que estoy bien, ellos se comportan de una manera muy amable conmigo, me salvaron la vida, tengo techo, comida y me cuidan. Pero lo que más precisó es que me ayuden a volver. Yo seguiré los preceptos que ellos me indican con tal de regresar a mí casa con mi gente. En mí mundo. En mí tiempo.

Me quedé un rato mirando el techo, con la mirada pérdida, hasta que oí golpear la puerta.

- señorita Ema, disculpe la molestia, soy Kamisu la vestal asignada a la casa de Tauro- dijo una voz de mujer adulta- soy la encargada de ayudarla a trasladarse. Me permite ingresar a su habitación por favor?

Oh no! Es verdad. Hoy tengo que mudarme a ese lugar. El caballero de Tauro parece ser un hombre muy serio, espero que me trate bien y no sea tan amargado.

- aún estoy en la cama- dije mientras me levantaba- podrías esper...

-no se preocupe, yo la ayudo a alistarse para salir- abriendo la puerta e ingresando rápidamente a mí cuarto.

Realmente estaba apurada por llevarme a esa casa. Ni tiempo me dio de decirle que espere mientras me cambiaba.

- disculpe, yo la voy a ayudar a vestirse, peinarse y trasladar la ropa que la vestal le pudo proporcionar.
En cuestión de segundos estaba sin ropa, frente a una extraña que elegía que vestido me quedaría mejor. Siempre fui una persona tranquila pero estos atrevimientos me estaba volviendo loca. No soy un bebé me puedo cambiar yo sola! Estaba furiosa. Pero debo aguantar por lo menos un poco más, hasta que me manden de vuelta a mí tiempo.

- bien te pondré este hermoso vestido- dijo mientras me ayudaba a atarlo por detrás- eres una jovencita muy bonita, tienes una belleza que impacta- dijo mientras me miraba al espejo. Yo pensaba, señora en mí tiempo las chicas nos depilamos las cejas, nos hacemos permanente de pestañas para resaltar los ojos, usamos cremas para mejorar el aspecto de la piel. A todo eso yo le llamo belleza!

Me paró frente al espejo y ella quedó detrás de mí ajustando y acomodando el vestido, para que quede prolijo y no se me zafaran las tiras.
Era muy delicada y me trataba con mucho cuidado. Cómo buscando todo aquello que resaltará en mí, ya sea el vestido, los zapatos, mí pelo.. como una mamá. Me hacía sentir muy bien que se comportara así.
Termino de arreglarme, preparo una bolsa de tela donde puso los vestidos y calzados y me acompaño hacía la casa de Tauro.

Salimos del templo del patriarca y llegamos a un hermoso campo de rosas.

- que bellas rosas, puedo llévame una?

- Nooooo!!!nunca toque una de estas rosas, son extremadamente venenosas- dijo mirándome sería- son las rosas del señor Albafica caballero de Piscis.

-que pena, son tan hermosas!- con cara apenada- y por qué son venenosas?

- sirven como defensa, protegen la entrada al templo del patriarca. El enemigo se confía de unas simples rosas sin pensar en la letalidad de las mismas- me explicaba mientras salíamos de esa casa- atraviesan el campo, pisando o tocando las rosas sin caer en cuenta que no tardarán en desfallecer por su veneno.

- eso es increíble- la mire asombrada- yo hubiese arrancado una para ponerla de adorno en un florero... uffff Podría haber muerto.

- tiene que tener mucho cuidado, cualquier duda me la consultas a mí o a cualquier caballero que veas. No vaya por allí sola por favor.

- descuida que lo haré- dije mientras llegábamos a la siguiente casa- está es de acuario no?

-asi es señorita, está casa le pertenece a Degel el caballero de acuario.

-wow! Cuánta cantidad de libros que tiene, se ve que es muy intelectual- mientras caminaba abriendo la boca, ese hombre si que gustaba de la lectura- por qué hace tanto frío aquí? Si el día es cálido

- es la temperatura en la que habitualmente vive el caballero de acuario.

- apresuremosnos por favor- dije a haciendo fricción con mis manos en mis brazos- me congelo!

La mujer simplemente apresuró el paso y rápidamente salimos de ese lugar tan frío. Como alguien podía vivir así? Parecía que tenía el aire acondicionado en el mínimo de temperatura, algo increíblemente frío.

- ahora nos tocaría..

-la casa de capricornio, es resguardada por el señor Cid,- dijo mirándome sería- si el se llegase a encontrar en la casa no lo hablé, es muy serio y solitario y no le gusta ser invadido por nadie, excepto el señor Sísifo.
- está bien haré como que no lo veo- que pena que haya gente con tan mal genio- pasemos rápido por aquí también así no incomodamos al caballero de capricornio- dije mientras miraba como se encontraba cargando una caja de color oro en su espalda, a lo lejos. Lo último que quería es tener algún problema con ellos.

- al fin salimos de allí, sentía el ambiente muy pesado- dije mientras nos dirigimos a la siguiente casa

- la siguiente es la casa de Sagitario,- dijo mirando al frente con una sonrisa- y justo allí está su caballero, el señor Sísifo.

- a él tampoco debo molestarlo?- pregunté con miedo.

- no se preocupe jovencita, él señor Sísifo es una persona muy amable, él no tendrá problemas en saludarla.

Mire al frente y vi a un guapo joven de cabello castaño claro, con una armadura hermosa con alas de ángel, sonriendo hacía nosotras.

-muy buenos días señoritas! - dijo sonriente hacia nosotras- tu eres Ema no es así?

- buenos días señor- dije inclinándome hacía él- sí, soy Ema un gusto señor Sísifo.

- me alegra mucho verte por aquí- su sonrisa era tan bella, muchas mujeres caerían rendidas ante un sujeto así- te diriges a tauro verdad?

- así es señor- dije con mí cara enrojecida, es que era muy guapo

- te deseo que te vaya muy bien, cuando gustes puedes venir a Sagitario, estoy para servirte- me miró directo a los ojos.

-muchas gracias señor Sísifo- mí cara tenia el color de un tomate o más rojo aún.
Rápidamente nos dirigimos a la siguiente casa.

MI DECISIÓN (The Lost Canvas x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora