Capítulo 30

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Los días estaba pasando muy rápido y eso era lo que menos quería Valentina, irse de nuevo y estar peleada con la morena, ella tenía razón, debió haberle contado desde que se entero que tenía que volver antes de tiempo, hasta su prima le decía, pero la castaña solo lo pospuso, lo pospuso demasiado tiempo.

Miraba a la morena desde la distancia, hacia calor y estaba usando una camisa blanca sin mangas, estaba con Lorenzo, jugaban o algo si con el agua, seguro para capear el calor, se lanzaban agua, la ropa húmeda se pegaba al cuerpo de la morena marcando su perfecto abdomen.

-¿Quieres un pañuelo para limpiar esa baba? —era su prima que con esa pregunta la sacó de su trance, la miró y le dio media sonrisa —Aún no puedes hablar con ella ¿verdad? —su prima asintió.

—No quiero seguir así con ella —le dijo.

—Entonces no pierdas el tiempo y habla con ella, en cuatro día nos vamos —le recordó.

—Ella no quiere verme ni hablar conmigo.

—Claro que quiere, solo espera que tú te acerques, no esperes a que ella se acerque si fuiste tu quien le mintió —le dijo su prima, ella siempre tenía la razón.

—Tienes razón, iré hablar con ella.

—Deberías hacerlo pronto o alguien se te puede adelantar —le dijo su prima.

—¿Qué? —preguntó confundida hasta que vio los ojos de Dani, siguió su dirección, al ver a Karina al lado de su morena, apretó el puño hasta que sus nudillos se colocaron rojos y sin decir nada camino hasta donde estaban.

—Me gusta esta camisa que usas y ver lo húmeda que esta y que marca tu perfecto cuerpo es muy...excitante —la castaña logro oírla y ver como humedecio sus labios con la lengua.

—Juls —la llamo, la morena la miro de reojo y soltó un leve bufido —¿Podemos hablar?

—La verdad no se si quiero hablar con usted, señorita Valentina —a la castaña no le gusto la manera de hablarle, tan formal.

—Solo...necesito que hablemos, por favor  —le pidió.

—Nos vemos hoy en la noche ¿verdad? —preguntó Karina.

—Claro —contestó la morena con una sonrisa, Karina también sonrió, miró a la castaña unos segundos y luego se fue, cuando ya estaba lejos y ellas dos solas la castaña habló.

—No quieres hablar conmigo, pero con ella si vas a salir esta noche ¿no? —preguntó molesta.

—Ella no miente —le contestó solo eso y se fue dejando a la castaña sola y triste.

* * *

Valentina estaba sentada revolviendo su plato de comida, mientras todos hablaban, Elena noto lo rara que estaba su hija, pero no dijo nada, espero de terminar de comer para hablar con ella.

—¿Podemos hablar, hija? —le preguntó al ver que su hija subía las escaleras.

—Estoy cansada, mamá —le contestó —¿podemos hablar en otro momento?

—De lo que te sucede es de lo que quiero hablar —le dijo —se que no estas cansada, estas triste, tus ojos están rojos, se que estuviste llorando, esa pena es por Juliana ¿verdad? —los ojos de la castaña se volvieron a cristalizar, se acercó donde su madre y la abrazo soltando también un sollozo —Ya tranquila, llora todo lo que necesites —le dijo a su hija.

Chica de Ciudad [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora