Capítulo 4

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Había llegado la mitad del mes de febrero, aun no terminaba el verano y hacía más calor que nunca, Juliana estaba sobre un nuevo caballo, trotando alrededor del corral circular, era macho joven y necesitaba entrenamiento, en unos minutos más tenía que llevarlo a una galería para mostrarlo con otros caballos para la venta.

-Es perfecto— le hablo su padre que se acercó cuando la morena se bajo— Como todos los años anteriores la hacienda de Don León será la mejor.

—Eso es gracias a él y a ti, papa— le dijo la morena, tomó al caballo de la riendas y comenzó a caminar con el— Tú eres el mejor capataz.

—Y cuando yo ya no este, tú serás la mejor— le dijo a la chica que sonrió— Pero intenta no trabajar tanto— la morena lo miro confundida— Llevas sin dejar de trabajar todo este mes. Deberías salir más, con algún amigo o amiga— le dijo eso último moviendo las cejas, la morena solo sonrió.

—Sabes que no soy mucho de salir y estar aquí me gusta y me distrae— su padre la miraba sin que ella se diera cuenta y sabía que le sucedía algo, se veía triste y sabia perfectamente por quien estaba así.

—Sabes que ella esta de vacaciones ¿no?

—Si, lo se— contesto, la ojiazul y su familia habían viajado a la playa, él único que no viajo fue el señor Carvajal— Pero la extraño, llevan más de un mes en el caribe.

—Lo necesita, conocerá a muchas personas— le dijo— Quizás hasta a un chico caribeño— la morena lo miro con el ceño fruncido.

—No creo. Además tiene 14, es una niña— le dijo en un tono molesto, pensar que su ojiazul este en una playa en traje de baño y que chicos caribeños se le acercaran le daba un enorme coraje y ese coraje incrementaba más por que ella no estaba haya para protegerla de cualquiera que tratase de acercarse con otra intensión.

—Es una adolescente y está creciendo— le decía su padre— Ella volverá irá al colegio, conocerá chicos y tu no podrás hacer nada para evitar que alguno se le acerque.

—Pero aquí no podrán venir.

—¿Y que pasa si se enamora? — le pregunto su padre, eso hizo a la morena frenar y mirar a su padre— Por qué eso sucederá algún día, se enamorara, se casara, tendrá hijos. Ya no será una niña.

—¿Por qué me estas diciendo esto? — le pregunto al fin.

—Por qué siento que ves a la señorita Valentina como algo más— le contesto.

—Es como una hermana para mi.

—No. Lo que yo veo es que la ves como más que una hermana— le dijo— Te molesta cuando te digo que ella algún día pueda estar con alguien, ¿que diría ella si te viera que estas con la señorita Karina?

—Yo no estoy con Karina, no como tu piensas— le dijo la morena.

—Siempre están juntas.

—Si, pero eso no quiere decir que tenga algo con ella— le dijo— Yo...

—¿Qué sientes realmente por la señorita Valentina? — la interrumpió su padre.

—Yo...yo sien...tengo que irme, ya es tarde— miro un reloj inexistente en su muñeca, se subió al caballo— No quiero llegar tarde a la feria y tu tampoco deberías— le dijo eso último y se fue galopando del corral, Macario miraba como su hija se perdía a la distancia, movía la cabeza con una sonrisa, sabía lo que sentía su hija por la hija del patrón, pero quería que ella misma lo aceptara, tal vez en algún momento lo aceptara, pensó su padre que caminaba en la misma dirección en la que se fue su hija.

Chica de Ciudad [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora