Capítulo 36

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-¡Policía, suelte la navaja! —Fernando la soltó —¡Arriba las manos! —el hombre volvió a obedecer, otro policía se acercó y le coloco las esposas.

—¡Juls! —grito la castaña y se acerco donde estaba la morena, vio el corte, se veía profundo.

—Val —le dijo ella.

—La ambulancia venía tras nosotros, llamaré aún para médico para que la revise —le hablo un policía.

—Gracias —le dijo la castaña, el hombre se fue.

—Estas herida —le dijo la morena señalando su cuello.

—Eso no es nada —le dijo —Preocupada por un leve rasguño —sonrió de lado —La tuya esta peor —la morena se miro.

—Se ve profunda, seguro quedará cicatriz —le dijo —Pero me veré más ruda —las dos rieron —¡Ahhh! —exclamó.

—Será mejor que no sigas hablando ni riendo —le sugirió la castaña.

Dos hombres entraron, uno llevaba un bolso y otro una camilla, el del bolso revisó a la morena, habló con la castaña y le dijo que no era una herida muy grave, que solo necesitaba cocerla, eso hizo abrir los ojos de la morena y cuando oyó que eran quince punto casi se le salen los ojos, si no fuese por que Valentina estaba ahí hubiese arrancado.

Llevaron a la morena al hospital, una joven enfermera la atendió, fue muy amable con la morena, demasiado amable para la castaña que miraba seriamente a la enfermera ya que miraba mucho a su Juls y le conversaba con una enorme sonrisa y la morena no ayudaba mucho ya que también le sonreía y hablaba, después de explicar algunas cosas la enfermera la llevó a una habitación.

—Las acompaño —dijo la castaña cuando la enfermera movia la silla de ruedas donde estaba la morena, la chica la miró curiosa —No hay problema que acompañe a mi futura ESPOSA ¿verdad? —la palabra "esposa" la dijo con fuerza para que le quedara bien claro que la morena tenía dueña.

—Eh...no, claro que puede acompañarla.

—Genial —le sonrió, la enfermera se llevó a la morena y la castaña iba al lado.

Estaba todo bien hasta que la morena al ver la aguja y el hilo casi se desmayo, aunque la enfermera le había puesto un anestésico para que no sintiera dolor, pero ver la aguja era mucho peor que sentir el dolor, sostuvo la mano de la castaña en todo momento.

...

Helena junto con Valentina llevaron a Juliana a su casa, ella había decidido ir allá. Al llegar vieron que de ella salieron Lupita y Jaime.

—Mi niña —se acercó su madre, la abrazo con cuidado.

—Hola, mamita —le dijo la morena con una sonrisa y los ojos achinados.

—¿Qué le pasa? —preguntó Jaime.

—El anestésico que le pusieron —le contestó la castaña —Será mejor entrar y que se acueste —propuso la castaña, todos asintieron y llevaron a la morena al interior de la casa.

Valentina busco un pijama mientras Lupita le quitaba la ropa que tenía puesta.

—Yo termino Lupita —le dijo la castaña al ver que le quitaba la camisa algo nerviosa —Debería beber algo para los nervios.

—Si —acaricio el rostro de su hija y beso su frente, la morena le sonrió como una niña pequeña, salió de la habitación. Valentina se agacho para quitarle los zapatos, luego se levantó y desabrocho el pantalón.

—Sacaste a mi mama de la habitación para estar a solas conmigo, pillina —le dijo la morena con una sonrisa traviesa, la castaña solo asintió, la morena se levantó un poco y se retiro el pantalón, la castaña lo sacó completo. A continuación le coloco un pantalón de pijama y por último la polera, la morena jugaba con su cabello —Tienes el cabello muy lindo.

Chica de Ciudad [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora