Colin
Me hubiera gustado invitar a Donna a la feria, nada me apetecía más que eso, pero Jake me llamó diciendo que había vuelto al pueblo a pasar estos cuatro días de puente y que teníamos que aprovecharlos juntos antes de que él tuviera que volver a irse a la ciudad de al lado para seguir con sus estudios.
Tuvo que irse porque en este pueblo solo hay un instituto y no ofrece ni grados medios ni superiores, así que no podía estudiar el grado medio de diseño de moda que él quería hacer desde que nos conocimos.
Estoy contentísimo porque está estudiando lo que le gusta, pero es una mierda no poder vernos en persona habitualmente. Y aunque no hay nada que me guste más que estar con Donna, estoy feliz de pasar tiempo con Jake.
Ay, mi Falditas.
Soy incapaz de quitármela de la cabeza. Es tan preciosa y tan buena... que me tiene loco.
Tan loco que cuando he visto que en una caseta de la feria daban como premio un peluche de una rata con un libro si canastabas tres pelotas de baloncesto seguidas, no he podido evitar acordarme de ella. No porque se parezca a una, sino porque Donna es una rata de biblioteca.
Le encanta estudiar y siempre se ofrece voluntaria para quedarse en el instituto ayudando en cualquier actividad después de clase, lo hace desde que era pequeña.
Yo también me quedaba, pero porque siempre estaba castigado. Lo bueno es que casi siempre, desde la sala de los castigados, la veía ir y venir de aquí para allá haciendo carteles informativos, decorando el recibidor del instituto con motivo de Halloween o Navidad o en alguna reunión del consejo escolar.
Creo que el peluche le gustara. Es igualito a ella, aunque...
—Jake, ¿tú sabes coser y todo eso, verdad?
—Sí, ¿por qué?
—¿Me puedes hacer una falda? —suelto, haciendo que me mire raro. —Para mí no, no es mi estilo. Es para ella —le enseño la rata de peluche.
—Ah, vale. ¿Para qué quieres una rata con falda? —interroga.
—Es que se la quiero regalar a Donna porque ella es una rata de biblioteca, igual que esta —señalo el libro que lleva. —Y si llevara una falda ya sí que serían clavaditas.
Jake me mira con una sonrisita.
—Estás coladito por ella —canturrea. —Pero te haré la falda igualmente. ¿Cómo la quieres?
—Sencilla, Donna no es muy extravagante. Le gusta el color lila así que estaría más que bien que usaras una tela de ese color —de repente, se me enciende la bombilla. —¿Y si mejor haces dos? Una pequeña para el peluche y otra más grande para Donna. Ella siempre lleva falda y creo que le encantará tener una igual que la de la rata.
Ya me puedo imaginar lo bonita que se verá con su falda a juego con la otra más diminuta.
—Es buena idea. Lo único es que me harían falta las medidas de Donna para confeccionarla bien.
—¿Y qué hago? ¿Le pregunto cuánto le mide la cintura? A lo mejor se da cuenta de lo que tramo y me gustaría que fuera sorpresa.
—No hace falta que le preguntes nada —uf, menos mal. —Solo necesito que mires la talla de una falda suya que le quede perfecta y de ahí puedo sacar las medidas.
—Todas le quedan perfectas —pienso en lo bien que se ven sus piernas y la forma en la que resalta la curva de su trasero.
—Me refiero a que no le quede ni grande ni pequeña. Y límpiate la baba —se burla de mí.
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Entre Libros y Apuntes [Wattys2023]
Teen FictionSegundo de Bachillerato promete ser un curso normal y corriente como los demás, a excepción de que, en junio, será el examen de acceso a la universidad y Donna pretende bordarlo para poder irse a estudiar fuera del pueblucho en el que lleva viviendo...