Capítulo 12

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Parte 2 de 7

Colin es un gilipollas.

Un inmenso gilipollas.

Llevo todo el fin de semana llorando por su culpa, recordando su expresión vacía cuando dijo mirándome a los ojos que no me conocía.

Imbécil.

Amaso con rabia la base para una tarta de manzana. Cocinar me relaja, pero ahora, más que relajada, estoy cabreadísima.

Capullo.

Oigo la puerta de la cocina cerrarse detrás de alguien a quien no le quiero prestar atención porque sé que le voy a tratar mal sin razón por mi estado de ánimo.

Estúpido.

Pongo más harina sobre la encimera y golpeo la masa quebrada, imaginándome que es la cara del idiota de Colin.

Baboso.

La persona que ha entrado no se mueve ni dice nada, así que levanto la cabeza para ver qué coño quiere. Grave error por mi parte, porque veo a la persona a la que más ganas tengo de matar.

Hijo de puta.

Un instinto asesino me atraviesa de los pies a la cabeza y doy un paso en su dirección, notando un nivel de cólera al que no había llegado nunca. Retrocede y ahí empieza la persecución.

—¡Ven aquí, pedazo de imbécil! —grito, intentando agarrarle de los pelos.

—Falditas, déjame explicártelo —me pide, después de lanzarle una espátula a la cabeza a ver si lo descalabro.

—¡¿Falditas?! ¡¿FALDITAS?! —exclamo, histérica, parándome en seco. El sigue corriendo hasta que llega a donde estoy y se da cuenta de lo que ha hecho.

No entiendo cómo alguien puede ser tan tonto.

Antes de que pueda volver a huir, le doy una bofetada con todas mis ganas.

—¿Qué me vas a explicar, eh? ¿Que no quieres que tus amigos te vean conmigo porque te da vergüenza? —pregunto amargamente. —Eso ya lo tengo bastante claro, gracias.

»No te bastaba con alejarte de mí cuando entramos al instituto por esta misma razón, ¿verdad? Tenías que volver a hacérmelo

Noto como las lágrimas se empiezan a acumular en mis ojos.

—Siempre te has avergonzado de mí —salgo de la cocina rápidamente. Ahora mismo quiero estar sola para poder llorar tranquila.

******

Odio a Colin.

Y me odio a mí misma porque quiero estar más enfadada con él de lo que estoy, pero no puedo.

Aunque esté muy resentida, tengo que admitir que Colin es un idiota muy tierno y lo confirmo al mirar de nuevo el ramo de claveles que está dentro de un jarrón y situado encima de mi escritorio.

Eres lo único bonito que tengo en la vida, no podría avergonzarme de ti jamás.

Las palabras de la tarjetita se repiten en mi cabeza. Es probablemente lo más hermoso que me han dicho nunca, pero, aun así, mi inseguridad hace que no pueda evitar pensar que es mentira eso de que no se avergüenza de mí y que solo dice lo contrario para no hacerme sentir todavía peor.

Te adoro, Falditas.

Suelto unas cuantas lágrimas y salgo de mi habitación para seguir cocinando.

Mientras hago la mezcla de manzana para el relleno, intento desconectar un rato y calmar el embrollo de sentimientos que me alteran.

*****

Holiwiiiiiis. 

Este capítulo es muuuuuy cortito, lo sé, lo sé, pero es necesario.

¡¡Segundo día del súper maratón!! Mañana nos volvemos a ver jiusjiusjius.

Con to my love💕,

Cherry🍒✌

Entre Libros y Apuntes [Wattys2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora