Parte 3 de 7
Colin
El sonido brusco del claxon del coche de Jake acompañado de su grito enfadado me despierta de mi sueño, sobresaltándome.
—¡Aprende a conducir, gilipollas! —insulta al coche que adelantamos, el cual nos saca el dedo.
Suelto un bufido y me acomodo en el asiento, dispuesto a volver a cerrar los ojos. Antes de poder hacerlo, Jake me lo impide.
—Quedan solo 10 minutos para llegar, así que no vas a poder descansar demasiado —no deja de mirar la carretera cuando me pregunta: —¿No has dormido nada en toda la noche? Tienes unas ojeras horrorosas.
—Solo un rato antes de que me recogieras y ahora —bostezo. —Pero ya llevo casi la mitad de la bufanda hecha.
—Eres consciente de que estás haciendo todo esto para que te escuche, ¿verdad? —Coge una curva que nos desvía hasta nuestro destino. —Luego tendrá que decidir si te perdona o no.
—Lo sé. Y no me importa —soy sincero. —Si tengo que hacer aún más de lo que ya estoy haciendo para que me perdone, lo haré encantado. Lo único que quiero es estar bien con ella.
Se queda en silencio y yo aprovecho para mandarle otro mensaje a Donna. ¡Ya me deja en visto!
Porque se siente mal por haberte dado una bofetada. Bien merecida, en mi opinión.
Sí.
Pero lee mis mensajes.
—¿Cuándo le vas a decir que estás enamorado perdido de ella? —cuestiona una vez que ya estamos en la ciudad, buscando aparcamiento cerca de la tienda a la que vamos.
—Ni idea —suspiro. —No quiero asustarla ni presionarla, sé que siente algo por mí, pero no es lo mismo que siento yo por ella. Llevo desde los diez años enamorado de ella; y aunque hasta hace poco pensaba que ya no lo estaba, ahora me doy cuenta de que solo me engañaba a mí mismo. Nunca he dejado de estarlo.
»Todavía no quiero decirle nada, no quiero decepcionarme si ella no se siente igual respecto a mí aunque sea lo más probable, es imposible que la haya enamorado en tan poco tiempo. Yo he tenido casi ocho años para asegurarme de mis sentimientos. En cambio, Donna solo ha tenido un mes y medio.
—El tiempo es lo de menos, Colin. ¿Qué más da que dos personas se conozcan desde hace tres días o desde hace veinte años si se quieren?
—Tienes razón, pero es mejor que espere un poco, Jake.
Sé que está inconforme, pero no dice nada.
Encuentra un sitio libre casi enfrente de la tienda. Salgo del coche y me estiro, notando como crujen algunos huesos de mi espalda.
—Me duele el culo —se queja.
Al entrar nos quedamos flipando.
—Casi te mato cuando me dijiste que tenía que conducir dos horas hasta aquí, pero, ¡joder!, en verdad vale la pena —Jake exclama.
Es cierto, la tienda de golosinas es impresionante. Hay de todos los tipos de chuches, caramelos y chocolatinas que te puedas imaginar. ¡Y huele genial!
—¡Hay gominolas gigantes! —mi mejor amigo se va corriendo como un niño hacia donde están estas.
Lo dejo disfrutar mientras yo voy hasta la zona de las piruletas. Tienen de todos los colores, grandes y pequeñas, algunas llevan incluso dibujos.
Se me iluminan los ojos cuando localizo lo que estaba buscando: piruletas de cereza en forma de corazón.
Cojo una cantidad considerable de ellas, me doy la vuelta para ir con Jake pero me freno. Me giro de nuevo hacia el estante y agarro una piruleta más grande que las demás. Ahora sí.
Jake y yo somos como dos críos ilusionados. Vamos de aquí para allá mirando todas las golosinas y acabamos comprando un montón de ellas.
Ya en el coche, nos comemos algunas. Tengo una bolsa entera (a parte de las piruletas) reservada para Donna, de la que Jake intenta robar algunas chuches.
—¡Ey! —abofeteo su mano. —Tú tienes las tuyas.
—Pero yo no tengo nubes... —intenta darme lástima. —Dame una...
—Que no. Son para Donna —me mantengo firme.
—Pues dame una piruleta, que tú tienes muchas.
—Te la cambio por dos gusanos de gominola —negocio.
—¡Los gusanos no, que sabes que son mis favoritos! Un ladrillo por la piruleta.
—¡Una piruleta no vale solo un ladrillo, tacaño! —empezamos a pelearnos porque no le quiero cambiar la piruleta por ninguna de sus ofertas de mierda. ¡El idiota quería que se la diese a cambio de dos míseros ositos!
Al final, me da una fresa y un gusano a regañadientes, los cuales me saben demasiado bien porque me he salido con la mía.
Vuelvo a quedarme dormido, esta vez con la bolsa donde llevo todo abrazada a mí. No pienso arriesgarme a que Jake me robe.
Sinceramente, el sueño me sienta demasiado bien. Para cuando me deja en mi casa, me encuentro con energía suficiente para seguir tejiendo hasta que oscurece y mis ojos se empiezan a cerrar.
*****
Tercer día de maratónnnnnn. Este cap también es cortito, peeeeero el siguiente es completamente nuevo nuevito jujuju.
Instagram: itsrosechampagne
Tik tok: itsrosechampagne
Con to my love💕,
Cherry🍒✌
![](https://img.wattpad.com/cover/280544051-288-k953204.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre Libros y Apuntes [Wattys2023]
Genç KurguSegundo de Bachillerato promete ser un curso normal y corriente como los demás, a excepción de que, en junio, será el examen de acceso a la universidad y Donna pretende bordarlo para poder irse a estudiar fuera del pueblucho en el que lleva viviendo...