Capítulo 22

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Muevo la pierna de arriba abajo sin cesar, nerviosa y preocupada. Llevo toda la mañana y tarde llamando a Colin y no me contesta. Tiene el móvil apagado.

Lo he buscado por todo el pueblo. En su casa, por las calles, en el parque al que fuimos y hasta en el instituto. Pero no lo encuentro por ningún sitio.

Estoy que me subo por las paredes de pensar en que ahora mismo debe creer que no estoy enamorada de él y que no lo quiero.

Te falta un lugar por buscar.

¿Qué? No puede ser. Me he recorrido cada rincón en el que podía estar.

A ver, Donnita, piensa. Un lugar tranquilo, antiguo, en el que nunca hay gente y que tiene mucha importancia en vuestra relación.

¡La biblioteca! Vocecilla de mi cabeza, eres la mejor.

Lo sé.

Me levanto de mi escritorio y entro corriendo al baño. Me lavo los dientes, me peino bien y miro lo que llevo puesto. Unos vaqueros negros, la sudadera de Colin y unas zapatillas blancas.

No voy de gala, pero tampoco horrenda.

Llevo el móvil en un bolsillo y las llaves en otro, así que salgo a toda prisa en dirección a la biblioteca.

¿Cómo no se me había ocurrido? Si es el lugar perfecto para estar solo. Rara vez hay gente allí desde que abrieron una nueva con ordenadores y más variedad de libros.

Yo voy precisamente por eso, porque no hay nadie y puedo concentrarme perfectamente sin gente que haga ruido o moleste a mi alrededor.

Además, es cierto que es importante para Colin y para mí.

Allí pasamos mucho tiempo juntos haciendo deberes, estudiando o hablando de tonterías.

Nuestra amistad resurgió y nuestro romance nació allí, entre libros y apuntes. Es un sitio muy significativo para nosotros.

Llego a la puerta y entro, nerviosa a la vez que decidida.

Por favor, que esté aquí, por favor, repito una y otra vez en mi mente.

Mis ojos recorren toda la sala principal, donde está la zona de estudio equipada con mesas y sillas.

No está.

Intento disimular la decepción que siento yendo hacia la parte de las estanterías.

Paso por el primer pasillo y nada, completamente vacío.

El segundo y el tercero, más de lo mismo.

Cada vez me voy poniendo más triste al ver que mi última esperanza se va desvaneciendo.

Arrastro los pies hacia el cuarto y último, deseando con todas mis fuerzas encontrarlo.

Me paralizo al ver una figura al fondo del pasillo, sentada en el suelo. Tiene las piernas estiradas y está cabizbajo.

Levanta la cabeza al escuchar el ruido de mis zapatos contra el suelo y se pone de pie al ver que soy yo.

—¿Donna? —su mirada se fija en la mía.

—Colin —suelto en un suspiro.

Comienzo a caminar hacia él, dando pasos rápidos y seguros.

—¿Qué...? —habla, yo estando a punto de llegar donde él está, pero se ve interrumpido cuando lo agarro de la camiseta y, de un estirón, lo atraigo a mi boca.

Nuestros labios chocan y mis ojos se cierran al instante.

Colin se sorprende y al momento se relaja, pensando que va a ser un simple besito.

Entre Libros y Apuntes [Wattys2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora