Capítulo 21

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Abro los ojos lentamente, despertando de un sueño tan profundo que tengo que tomarme un minuto para saber dónde estoy. Me cuesta porque todavía me encuentro medio dormida, pero al final me sitúo.

Noto una respiración en mi nuca y me recuerdo que Colin está conmigo en la cama. Con razón he dormido tan bien.

Me tiene abrazada por detrás, una pierna sobre las mías y sus manos sujetándome las tetas. No deja de manosearme ni estando en el séptimo sueño.

Giro entre sus brazos y le doy la cara, encontrándome con una expresión de pura tranquilidad, sus ojos cerrados y la boca entreabierta.

Delicadamente, le aparto el pelo que le cae sobre la frente y voy delineando sus facciones con mi dedo índice.

La nariz, los pómulos, la mandíbula...

Paso por los dos lunares pequeñitos que tiene en la mejilla y me fijo en el que está situado en su labio superior.

Me inclino y lo beso suavemente. Permanezco unos segundos más de la cuenta, disfrutando el dulce tacto de su piel contra la mía.

Al separarme, Colin abre los ojos.

—Has perdido —dice con la voz ronca. Se acaba de despertar.

—Soy sonámbula, no sé lo que hago —pongo de excusa, un pelín avergonzada de haber sido pillada in fraganti.

—Ya —me sonríe somnoliento y se tumba boca arriba en la cama.

Me grabo en la memoria la imagen que desprende Colin ahora mismo, acostado con un brazo flexionado bajo su cabeza, resaltando su bíceps. El edredón se le ha bajado hasta los oblicuos, dejando a la vista su abdomen y pecho.

Su pelo castaño revuelto, sus ojos azules brillantes y medio abiertos y esa expresión pícara acompañada de una sonrisita hacen que me siente en la cama y coja el móvil para hacerle una foto.

Él ni se entera de lo que hago, está muy ocupado mirándome las tetas, las cuales están al aire porque no llevo nada de ropa y las sábanas se me han arrebujado en la cintura al sentarme.

Al terminar la foto, me giro hacia delante y empiezo a revisar cómo ha quedado.

Dios, sale guapísimo.

Colin se incorpora y se asoma por detrás de mi hombro, mirando lo que hago.

—¿Me lo dejas un momento? —me pide el teléfono.

—Toma —se lo tiendo, curiosa por saber para qué lo quiere.

No me deja ver mientras él lo trastea y cuando termina, me lo devuelve, con la única diferencia de que mi fondo de pantalla, que antes era de un color liso, ahora es su foto.

—Así puedes admirarme cada vez que quieras. Pero cuidado con babear sobre el móvil no sea que se te rompa —dice, el muy egocéntrico.

Le empujo juguetonamente, haciendo que se vuelva a tumbar. Dejo mi teléfono donde estaba y me siento a horcajadas encima de él. Me echo el pelo hacia atrás con un gesto coqueto y apoyo las manos en su pecho, inclinándome ligeramente hacia delante.

Consigo lo que pretendía, pues Colin se me queda mirando embobado.

—¿Qué decías sobre quién babea por quién? Es que no te he oído —le sonrío.

Suelta una risa ronca. Sabe que soy muy consciente del poder que tengo sobre él.

—Anda, ven aquí —cambia de tema. —Que quiero toquetearte un rato.

Cambio de posición hasta estar acostada abrazándolo.

Colin estira el edredón para taparnos a los dos y me da un beso en la frente.

Entre Libros y Apuntes [Wattys2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora