Capítulo 20

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—Donnita —mi madre me llama mientras desayuno. —Sabes que esta tarde nos vamos a casa de la abuela y tú te quedas aquí, ¿verdad?

—Sí.

Mañana es 1 de Noviembre y, como todos los años, mis padres se van al pueblo de mis abuelos porque en el cementerio de allí están enterrados sus familiares. Van a recordarlos y dejarles flores.

A mí no me gusta ir. Me parece un día demasiado triste y siempre vuelvo con el ánimo por los suelos.

A Mia y Leah les pasa igual, y aunque querían quedarse conmigo, papá no las ha dejado porque están castigadas.

—Y también sabes que volvemos mañana por la tarde y tú te quedas sola en casa toda la noche.

—Sí, ¿y...? —alargo.

—Y no me gusta que estés sola esta noche —me dice, preocupada. —Hay mucho sinvergüenza suelto que se dedica a hacer trastadas solo por ser Halloween.

—Mamá, di lo que tengas que decir de una vez —estoy empezando a desesperarme porque está dando muchas vueltas.

—Le podrías decir a Colin que se quede para que te haga compañía, por si pasa algo. Papá y yo nos quedaríamos más tranquilos si él estuviera aquí —me mira significativamente.

Soy lo bastante mayor y responsable como para quedarme una noche sola en casa y estoy a punto de decírselo, pero... me apetece mucho que Colin se quede conmigo.

—Vale —sonríe encantada, —Ahora cuando lo vea en el instituto se lo digo.

—Muy bien, cielito.

Al terminar mi desayuno, me despido de ellos porque cuando vuelva ya se habrán ido. Abrazo a papá y mamá y beso a las mellizas hasta hacer que se empiecen a quejar.

Me encanta hacerlas rabiar.

Después de decirme que tenga cuidado y que me llamarían por la noche, me voy a clase.

La ventaja de vivir en un sitio pequeño es que puedo ir a los sitios andando y tardar muy poco tiempo.

Colin me está esperando en la puerta, como cada mañana. Está de espaldas y no me ve cuando camino hacia él.

Me acerco despacio y sin hacer ruido, queriendo darle un susto.

—Hola, Falditas —habla sin girarse.

A la mierda mis intenciones.

—Hola —resoplo.

Sonríe al verme la cara de frustrada. Sabe que me ha chafado los planes.

Me engancha de las caderas y me atrae hacia él para abrazarme, dándome un beso en la mejilla antes de hacerlo. Le correspondo felizmente.

La verdad es que mis sentimientos hacia él han cambiado desde que se enfermó, hace ya dos semanas.

A lo mejor me precipité un poco al asegurar que lo quería, sí, pero no me arrepiento y estoy completamente segura de lo que siento.

Me he enamorado de Colin. Y lo quiero.

Y tengo muchísimas razones para hacerlo.

Puedo hablar de cualquier cosa con él; siempre me dice cosas para que sonría o me ría; se preocupa por mí; me piropea constantemente; nunca me ha faltado el respeto; me valora...

No me juzga; me hace muy feliz; aprovecha cada mínima oportunidad para tocarme, besarme, abrazarme, hacerme cosquillas...

Es tan tierno, tan gracioso, tan encantador y tan él... que es imposible no quererlo.

Entre Libros y Apuntes [Wattys2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora