Capítulo 10.

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Sofía Brussley

Estaba tranquila en la habitación sentada en mi escritorio. Bueno en su escritorio. Mantenía unas hojas con rayones y algunos símbolos de mi cuerpo.

Quería estudiarlos y ver que poder o que cosa significaban. Dibujaba lo que veía en mis recuerdos al terminar conseguí lo que buscaba eran distintas runas. Estaba sola no había nadie así así decidí tratar de encender mi magia.

Me puse de pié y decidida puse mis manos a mi costados cerré mis ojos y traté pero no podía. No era tan fácil como se veía, dure unos minutos así hasta pude sentir la llama en mis manos asombrada llevé estas frente a mi para apreciar el fuego morado que provenía de mi ser.

Hasta que empezó a quemar, hice una mueca de dolor y traté de apagarlo pero no podía pensé que era tan fácil.

En las películas se veía fácil.

Empecé a entrar en pánico al no poder apagarlo y empezaba a doler hasta que escuche pasos a mi puerta seguido de una llave empezando a abrir la puerta. El susto provocó que estos se apagaran, rápidamente tome todos mis apuntes y dibujos en eso el entró estaba jadeando y a la vez con sudor, se apoyo en la puerta de la habitación.

Yo lo miré extrañada, ¿Que había hecho? Mantenía mis dibujos y apuntes contra mi pecho, no sabía si dejarlo ahí y que el se las arreglara o acercarme y devolverle el favor.

—¿Estas bien?

El levantó la vista y rápidamente al verme se enderezó para luego pasar una mano por su cabello.

—Si, ¿Por que estaría mal?

Que raro. Hace unos instantes parecía asustado y frágil pero ahora es el idiota de siempre. Volteé los ojos y pase por un lado de él para guardar mis cosas.

—Como tu digas.

En ese momento tocaron la puerta el se sobresalto con miedo. Este chico si era raro, me acerque a abrir la puerta pero en cuanto iba a poner la mano en esta el la detuvo tomándome del brazo, por alguna razón sentí su piel contra la mía en una sensación muy rara con muchas emociones. Parece que el también lo sintió así que habló.

—No lo hagas.

Retiro su mano de mi brazo y me hice un lado para que el se acercara miro por el agujero de la puerta y noté que se alivio, se alejo de la puerta.

—¿Quien es?

—Tu amiguito.

Bufo y se acostó en su cama saco su celular y solo se limito a ver este. Parecía muy concentrado en lo que hacía. Abrí la puerta y Steve estaba ahí parado con su cabello rubio hacia atrás sus ojos brillando y una gran sonrisa tan tierna. Portaba un look tan casual todo en el era tan tranquilo.

—Hola, Sofia perdón por molestar me preguntaba si quisieras dar un paseo, bueno claro si quieres.

Sonreí un poco y me pareció realmente tierno su gesto. Poco a poco recordé que no estaba arreglada.

—Si, si quiero pero tengo que cambiarme.

—No hace falta, tu eres linda de todas formas.

Creo que no me habían elogiado así desde hace tiempo me sentía como una niña con juguete nuevo, me sentía de una forma increíble, provocando me sonreirá y me sonrojara un poco.

—Patético.

Alguien a mis espaldas grito eso mientras estaba mirando su celular desde su cama. Hice un gesto de molestia al verlo y volví a mirar a Steve.

Oscuro Pasado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora