Justo cuando volví a la ciudad y entré al edificio me dijeron que Miranda me estaba esperando impacientemente en el último piso del edificio. Salí disparada al elevador, si tardaba demasiado en llegar quizás me pondría exámenes o pruebas más cansadas, no sabía para qué me necesitaba en el último piso pero fui como si mi vida dependiera de aquello.
Para mi mala suerte este no funcionaba el elevador, me toco ir por la opción de las escaleras, no descansaba, corría y subía esas largas escaleras, era el edificio más grande de la ciudad ya podrán imaginar como estaba.
Al llegar al último piso me apoye en la pared, mientras respiraba rápidamente y sudaba un poco, había hecho más ejercicio que en estas 3 semanas. Al levantar la vista la vi a ella sentada muy feliz en un tipo trono con una pierna encima de la otra mientras disgustaba unas fresas, al verme de puso de pie y saco sus lentes negros de sol.
— Ya habías tardado, preparen el avión.
Ordenó a las personas que estaban por ahí, supuse que eran del servicio.
— ¿Que avión? ¿Para que me necesitabas?
— ¿Como que para que? Duh, te dije que íbamos a ir a New York.
En eso mi cerebro hizo clic.
— Pensé que viajariamos en un avión del aeropuerto.
— Cariño, soy rica tengo mi propio avión privado.
— Mis maletas se quedaron abajo.
Ella se dio la vuelta y empezó a caminar con una gran elegancia hacia el avión.
— Eso es lo de menos, nunca llevo maletas, compro cosas nuevas allá.
Parpadie varias veces mientras fruncia el ceño, quizás tardaría en acostumbrarme a ella y sus grandes lujos. En eso se me acercó un camarero con una bandeja de fresas, tome como 5 de estas rápidamente para compensar mi casi desmayo al haber corrido 120 pisos.
Ya habíamos llegado y para mi sorpresa, al llegar al hotel que Miranda quería y como no le querían dar las mejores habitaciones.
Compro el hotel.
Ahora estaba yo en una de las habitaciones más lujosas por ella. Con eso me quedaba claro que cuando ella quería algo, llegaba hasta las últimas consecuencias.
Me habían traído una gran maleta con demasiada ropa, especialmente elegida por su diseñador. No podía con tanto lujo, pero que le hacía, no podía negarme. Toda la ropa era demasiada extravagante, terminé por ponerme un vestido de flores y un corsel negro.
Al salir del lugar ella portaba un vestido blanco pegado a su cuerpo resaltando todas sus curvas.
— ¿Ya sabes la dirección?
Empezamos a caminar por las calles y entre la gente, yo solo la seguía.
— Si, tu sígueme.
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Oscuro Pasado (Editando)
Roman pour AdolescentsSofia Brussley es una chica solitaria, sin información, nadie sabe nada de ella más que su nombre y apellido, ella es una página en blanco para la gente. Solo su mejor amigo, Lee sabe sus secretos más oscuros que nadie sabe. Pero todo cambia cuando...