Intensidad

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-Los amoríos fuera de clase, u os echo de clase y vais a por un parte- la voz del profesor Duncan nos sorprendió.

Me ruborizo automáticamente, Jonathan se separa de mí y me sonríe. Yo también le sonrío, esta vez de verdad.

-Lo siento, profesor.-respondo, fingiendo disculpas.

Me dirijo hacia mi pupitre y me siento. Noto cómo los demás me fulminan con la mirada, así que les saco la lengua. Ja, ja, eso fue divertido. Todos bajan la mirada como perritos asustados.

Saco el libro de química y me preparo para no entender nada de lo que diga el profesor en los próximos cincuenta minutos. No hay nadie en el mundo que sea capaz de conseguir que yo entienda química.

«Bueno, hace unos años se me daba mejor. Hasta conseguí sacar un nueve. Eso era porque él me ayudaba con clases particulares.» Enseguida me doy cuenta de lo que había pensado. «Alan me ayudaba.»

La angustia vuelve y me siento igual de mal que esta mañana. ¿Por qué estoy pensando en él? Me acabo de besar con Johnny delante de toda la clase, y me ha gustado. Espera, ¿me ha gustado? Que confusa me siento. Al estar con él, me había sentido como, si hubiese vuelto a mi antiguo hogar, relajada, protegida...
Pero, ¿a eso se le llama amor? No estoy completamente segura.

Recuerdo cuando Alan y yo fuimos a la bolera. Estuvimos riéndonos todo el día de lo mal que se me daba. Aún así él fue paciente y cortés conmigo. Sin embargo él no me dejó ganar, y eso me alegró aún más. Cualquier chico me hubiese dejado ganar para quedar bien y para que yo no pareciera una patosa horrible. Él me trató como a una más, sí, puede que yo fuera patosa, pero yo era así y a él le encantaba porque esa era mi verdadera yo. Nunca deseó que yo cambiara, al contrario, me dejó hablar de todo, hasta de mis 'asuntillos' bastante deprimentes. Él simplemente me escuchó y me dio un pequeño beso en la frente cuando terminé de hablar.

Al llevarme a casa, Alan me dijo lo bien que se lo había pasado conmigo ese día. También me contó lo que sentía por mí, lo profundamente enamorado que estaba. Sus 'te necesito más que a nada en el mundo' me conmovieron y me llegaron a lo más hondo. Y, sin esperar mi respuesta, me abrazó intensamente. En ese momento me di cuenta de que estaba enamorada de él. Yo también le necesitaba, sus brazos protegiéndome de todos los males del mundo, su mirada transportándome a un lugar dónde solo existíamos los dos. Su cariño demostrándome que sí existían cosas importantes en la vida, que algo merecía la pena.

Quería volver a sentir eso con alguien más, aunque no creo que sea capaz, no creo que quiera pasar página de todo lo que me ocurrió.

-¿Señorita Hale?-la voz del profesor me saca de mis pensamientos.

-Emm, ¿sí?-no tengo ni la más remota idea de lo que estaba hablando.

-¿Sabría solucionarnos esta fórmula?-dice, señalando la pizarra.

-Eh...-solo veo un montón de números esparcidos sin ton ni son.

-Sarah, lo acaba de explicar, seguro que puedes acordarte.-me anima Johnny.

-Yo...yo creo que es...-estoy perdida. Estaba pensando en todo menos en las fórmulas, eso está claro.- nadie es capaz de aguantar este tostón de clases, que le vamos a hacer.

No sé de dónde saqué los arrestos para decirle eso, me sorprendo algunas veces con lo tonta que soy.

-Pues claro que no te acuerdas, si estabas rememorando cómo te dabas el lote con Jonathan Walker.-se gira y le mira desdeñosamente- debería llevaros a los dos a por un parte pero por esta vez vas tú solita, por la falta de respeto a tu profesor. Se lo dices al director cuando te lo dé.

Increíble, un parte. Menudos días estoy teniendo, voy de mal en peor. Pongo cara de pocos amigos y me voy de la clase con orgullo, que era lo único que me iba a quedar a este paso. Mis compañeros me miran como si estuviera loca. Que les den.

Paseo tranquilamente por los pasillos hasta llegar a secretaría. Me quedo en el umbral de la puerta, ya que me parece que hay otra persona dentro.

-Vengo para hablar con mi hija.

Tengo mucha curiosidad y me acerco a mirar. Era un hombre alto, fornido y de tez bronceada. Os lo juro.
Os juro que es mi padre. Ha venido hasta aquí para visitarme. Y yo estoy realmente segura de que no es para nada bueno.

¡Ya está aquí el nuevo capítulo! Ahora que las cosas se le están complicando, su padre, el rostro de sus pesadillas, ha vuelto.
Capítulo dedicado a Justin Mikkelsen, una creación mía a la que le tengo muchísimo cariño, espero presentaros pronto ;)

Winter Stars

Luces del albaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora