Esfuerzo

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Casi dejo caer el café. Alex aparece milagrosamente por la puerta, así que le convenzo para que prepare él el café, le señalo mi móvil para que me entienda.

-A...¿atrocidad? ¿De qué estás hablando?

-Ya no puedo decirte más, eso te lo tendrá que contar Jackie, si es que decide a contárselo a alguien. Si quieres podemos quedar y charlamos más tranquilamente.

Cierro los ojos, intentando asimilar la información. Siente miedo por la atrocidad que ha hecho. Tengo más información que antes, pero sigue siendo vago.

-Tengo mucho que hacer, lo siento. Es mejor que cuelgue ya.

-Bueno, otra vez será.

Y cuelga antes de que tenga que decir 'gracias' por cortesía.

-¿Por qué siempre te pillo hablando con alguien?-se ríe Alex mientras entrega el capuccino al señor.

-Ahora mi madre y yo somos tus jefas, a callar.

-Hablando de tu madre, tengo que hablar con ella-se lleva una mano a la cabeza-. Tengo que caerle bien a mis 'jefas'.

Le miro de arriba abajo. Se ha quitado el uniforme, ¿y ahora que hago? Solo lleva la camisa de esta mañana.

Suspiro.

-Jo. ¿Por qué no llevas el uniforme?

Alex me mira extrañado.

-¿Querías que lo llevara en mi primer día de trabajo? ¿Ahora me puedes llevar con tu madre?

Niego con la cabeza.

-No así-digo señalando sus ropas-. Tendré que hacerte algunos arreglos.

Así que le cojo por el brazo y me lo llevo a la banqueta de dentro. Hago que se siente y él sigue mirándome confuso.

-No me digas que es uno de esos lugares en los que hay que disfrazarse. ¡No hubiese aceptado el trabajo si me lo hubieras dicho!

Me río con ganas.

-¡No seas burro! No hay que disfrazarse, solo necesito que vayas un poco elegante. Es una idea que he tenido hace rato.

Alex parece entender, pero la idea tampoco le convence.

-¿Voy mal con esta camisa?

-No es eso-comento, cogiendo una corbata verde oscura que encuentro en un cajón- Con esto bastará.

Me dispongo a ponerle la corbata yo misma, poniéndome de rodillas encima del banco. Alex mira atentamente como mis manos hacen las vueltas a la corbata.

-Conozco los nudos de corbata, ¿sabes? No tienes por qué hacerlo tú-me riñe, pero sin pararme, así que sigo.

-Bueno, no me fío de los nudos desastrosos de los chicos. Además -sonrío con picardía-, quería ver tu cara de pasmado cuando te la atase.

Alex también sonríe, sin dejar de mirar mis manos.

-Oh, ya has visto mi cara de pasmado, ¿feliz?

Termino, le doy dos palmaditas en el pecho y me levanto. Mi nudo es impecable, buen trabajo, Sarah.

-Y tanto. Ahora tirando, nuevo, llamaré a mamá.

Alex me sigue de nuevo hasta llegar a la barra. Le hago esperar al lado de una mesa como si fuera un cliente y me dirijo a buscar a mamá, mientras él aguarda pacientemente. Este estilo formal no es claramente mi estilo, sin embargo, Alex está genial de cualquier forma, quiero verlo vestido de algo ridículo, a ver si entonces también está impresionante.

Luces del albaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora