Entrenamiento

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Hoy empiezo con los entrenamientos de nuevo, me hace muy feliz. Pienso que todo está volviendo a la normalidad.
Eso me alivia. No paro de tener pesadillas, y también sueños, todos sobre Alan. No sé que es peor, la verdad. Siempre había pensado que las pesadillas acabarían con el tiempo, pero ya hace tres años desde que le conocí, y dos desde que se fue.

Hoy mamá está de mejor humor y hasta me deja usar su coche para ir al insti, lo que me alegra. Ya estaba harta de ir a pie.

Jackie tampoco viene hoy a clase, ni coge ninguna de mis llamadas, Ann hasta finje sonreirme en los pasillos y Nissa se presta a ayudarme con el dibujo de arte. Todo va hasta mejor de lo que esperé.

Luego llegan las miradas de Alex en los pasillos, mientras que voy a mi taquilla. Me mira con ¿odio? ¿Qué le había hecho para que me mirara así? Como hoy no tengo química, soy capaz de pasar de él todo el rato.

En el almuerzo nos sentamos en nuestra típica mesa, pero esta vez, noto un aura muy rara. Somos menos, sin Jackie, Ally y un amigo de Jonathan. Además Jonathan está muy callado, lo que me asusta.

Pero por fin llega mi momento más esperado del día, el primer entrenamiento. Vamos todo el grupo a por los uniformes a las taquillas. Esos uniformes que llevamos todo el verano sin tocar. Nuestro grupo consta de nueve chicas, Nissa, Cinthia, Tess, Moira, Maggie, Cassie, Helena, Melissa y yo. Aún así somos pocas, así que convoco unas audiciones para el miércoles.

Los chicos están entrenando en el otro campo, diseñando estrategias y practicando pases para el próximo partido del viernes. Ya empiezan la liga, lo que significa que nosotras tendremos que animarles.

-Sarah, ¿empezamos?-pregunta Melissa.

-Ehm, sí, vale -respondo sin apartar la mirada al otro campo.

Jonathan va vestido con su equitación de fútbol americano de los Jaguars. Está delante de todos los demás miembros del equipo, mientras el entrenador Coningham les da instrucciones uno a uno.
Tengo ganas de acercarme a ellos y sin razón alguna, besar a Jonathan una y otra vez. Eso de que se mostrara distante en el comedor me afecta más de lo que quiero admitir.

Empiezo el entrenamiento, calentando. No me voy a quedar parada observando a Jonathan como una boba, yo no soy de ese tipo de chica. Me lo tengo prometido, no volveré a llorar por un chico que no sea Alan.

Melissa también me ayuda a llevar el entrenamiento y juntas construimos varias ideas de poses para el viernes.

-Mañana es la audición, tienes que ayudarme a elegir a las nuevas chicas, y a cogerles la información personal -le digo a Melissa.

-¡Vale!-mira hacia el campo-. Viene hacia aquí, te dejo.

-¡Eh!-digo enfadada- ¡No huyas! ¿Quién viene?

No espero respuesta porque le veo al segundo. Es Jonathan con el casco en sus manos, andando hacia mí con un rostro que no puedo descifrar.

-Johnny...-digo intentando sonreír.

-¿Sabes lo sexy que te ves con ese uniforme?

Me coge de la cintura y me besa, así sin más. Como si nada pasara. Me pilla muy de sorpresa.

-¿Qué esperabas, Walker? ¿Ya te olvidabas de la Sarah animadora?-le sigo el juego.

Lo último que debo hacer es parecer confusa o preocupada. Solo tengo que ser la de siempre.

-Todo un verano sin verte así... Aunque claro el curso pasado no te tenía a mi alcance como para poder besarte. Éramos unos amigos muy raros -se ríe él.

Luces del albaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora