-Tú -escupo, asqueada.
Me impresiona con la rapidez con la que le he cogido asco a esta niña.
Yo -me sigue el juego Valery-. Creo que debería irme y dejaros a Ann y a vosotros con papá.
-Deberías, sí -le da una palmadita su padre.
Nos saluda a todos con la mano antes de salir dando saltitos por la puerta, como si fuéramos sus amigos.
-Bueno, Walker, Hale, sentaos.
Nos sentamos, obedientes. Ann me fulmina con la mirada y ni siquiera me había dado cuenta de que estaba aquí hasta ahora.
-¿Qué os parece si os pregunto primero que es lo que ha pasado? Walker, tú primero.
Jonathan asiente, mostrando su cara majestuosa y que inspira superioridad. Siempre la usa con los profesores, que por lo visto le tienen 'miedo' porque saben que su familia pueden hacerle la vida imposible.
-Estaba con Sarah, mi novia, charlando tranquilamente cuando Annette se le ha abalanzado. Está loca.
Annette no para de negar con la cabeza y empieza a chillar.
-¡No! No ha sido así, ¡di la verdad!-grita ella, con lágrimas en los ojos.
-Pues cuentanos tu versión -propone el director.
-Yo me he acercado a su mesa para comer, he saludado a Johnny, que es mi ex, y ella ha empezado a insultarme, completamente celosa, ¡me ha pegado!-exclama señalando sus marcas de la cara.
-Agh, ¡maldita perra!-suelto- ¡Te lo estás inventando todo!
-Parad, cada uno que diga su versión y dejad de interrumpiros, Hale, tu turno.
-Jonathan y yo estábamos tan tranquilos cuando escuchamos a alguien chillando. Era Annette. Se me acercó diciendo que soy una zorra que le había robado el novio y yo intenté tranquilizarla y defenderme pero ella se me abalanzó para pegarme -explico contando una versión edulcorada de lo ocurrido.
Estamos discutiendo como media clase sobre esto. Al final solo me llevo una hora extra de castigo durante todos los lunes del mes. Tampoco está tan mal. A Jonathan ni siquiera le castigaron y a Ann también le había tocado asistir a clases extra.
~~Estar una hora entera sentada con Annette sin hacer absolutamente nada es terriblemente aburrido. Lo más divertido que hay aquí es contar las motas azules que hay en el respaldo de la silla, y eso ya lo he hecho unas cuatro veces. Treinta y dos justas. Annette está escuchando música a escondidas, cosa que yo haría si no fuera que estoy desesperada por no meterme en más líos hoy. Tengo que trabajar en el restaurante. Así que me pongo a pensar.
Mamá me castigó. Dijo que no podía verle más. Que no sabía ni quién era. Pero a mí me daba igual quien fuera, solo me importaba que volvía a sonreír con él. Un nombre, Alan Rogers. Nada más. Lo demás me era indiferente.
-A saber lo que pretende acercándose a ti-me dijo, enfadada.
-¿Qué va a pretender? ¡Solo quiere ser mi amigo!
-¿Entonces vas a fiarte de él, sin más? Los chicos a tu edad son problemáticos.
No entendía por qué estaba tan recelosa, fue verme con Alan en la escalera y me sacó a rastras de allí. No pude despedirme de él, y tampoco tenía otra forma de volver a encontrarme con él.
-No todos los chicos son iguales. Él es muy majo, mamá.
Al decir eso, entrecerró los ojos y se puso a dar paseos por el salón, nerviosa.
ESTÁS LEYENDO
Luces del alba
Teen FictionMi vida. Para muchos una vida perfecta. Me llamo Sarah Hale. Soy atractiva. Soy popular. Soy capitana del equipo de animadoras. Y mi nuevo novio es el chico más codiciado de todo el Jackson Memorial, Jonathan Walker. Las clases acaban de empezar y y...