Distancia

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No me puedo creer que esté hablando en serio.

-¡Sarah! ¡Sal del baño o lo tiro abajo!-vocifera Alex, poniéndome de los nervios.

-¡¡No!! ¡No pienso salir!-gimoteo.

-Vamos, no tiene que ser tan malo.

-No, no es malo, ¡es horrible!

Llevo cinco minutos discutiendo con Alex por el maldito pijama. Él ya llevaba puesto el suyo y ahora me había 'encerrado' en el baño para que yo me probara el mío.Es un diminuto top con mangas anchas hasta el codo y solo me llegaba hasta un poco más arriba del ombligo. Y los pantalones más cortos de la historia de los pantalones cortos. Bueno, la verdad es que eso sería pasarse porque existen las pantibragas que eso no lo supera ningún otro pantalón. Si más o menos es el pijama que suelo usar en casa, pero usarlo aquí es totalmente diferente, me siento muy cohibida.

-Si no sales en diez segundos, abriré la puerta y te voy a sacar a la fuerza, tú verás.

-No me hagas esto.

-Nueve, ocho...

-¡Maldito imbécil!-suelto mientras intento alisarme y soltarme el pelo para que no toda la atención vaya al estúpido pijama.

-Siete, seis.-Alex da golpecitos en la puerta, al parecer divirtiéndose de la situación-Cinco, cuatro...

-¡Espera!-le grito, histérica.

-Tres, dos...

Suelto el cepillo y me esparzo el pelo como puedo.

-Uno.

Ay, Dios. Salgo corriendo hacia la puerta pero en ese momento Alex la abre y casi me mato.

-A salir, tardona.-me dice mientras me empuja literalmente hacia el dormitorio.

-¡Pero si ya iba a salir!-protesto, intentando desasirme de su agarre.

Alex por fin me suelta. Y suspiro, aliviada. Noto que me mira y recuerdo que llevo puesto el pijama. Le quito importancia y me siento en la cama.

-¿Y ahora qué? ¿Qué hora es?

-Las nueve y veinte.-noto que me sigue mirando y me pongo a mirar el móvil en busca de mensajes-Hasta ya se pasó la hora de cenar.

-No tengo hambre.-le respondo.

-Ni yo.

-Tengo que hacer varias llamadas, ¿te importa?-digo, señalando mi móvil.

-Para nada.

Él se tumba en la cama y saca también su móvil nuevo (IPhone 6S), poniéndose a whatsappear. Llamo a Jackie.

-¿Sarah?

-He visto tu mensaje.

-Es que dijiste que me ibas a llamar cuando llegaras a casa para ver que tal se te había dado.

-Ah, lo siento, no me acordaba. Pues se me ha dado bien, ya todo solucionado.

-¿Lo ves? Te lo dije.

-Tenías razón, sí. Por cierto, me llevé tu ropa puesta sin querer.

-Ah, es verdad. No pasa nada, quedátela si quieres y si no, me la devuelves mañana en clase.

-Mañana mismo la devuelvo.-no puedo evitar que mi tono de voz suene arisco, ya que sigo enfadada con ella.

-Y acuérdate que mañana tenemos la presentación de nuevos estudiantes y la charla a primera hora en el aula de usos múltiples.

Luces del albaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora