-Lisa: eres aquel mafioso, Marc trabajaba para ti, te debe dinero y por ello querias secuestrarnos a ambos cuando éramos niños, pero no estábamos en casa cuando llegaste.
-Cuervo: la verdad, no soy ese hombre. El hombre del que hablas ya está muerto. Creo que la respuesta te sorprenderá mucho más.
El Cuervo se quito la máscara y Lisa y yo quedamos simplemente congelados.
-Lisa: no me lo puedo creer.
-Gustabo: tu...
Mi pulso comenzaba a acelerarse y mi respiración también, debia mantenerme calmado o el volvería a aparecer.
-Marc: hola hijos míos.
-Lisa: ¡tu, pedazo de mierda! ¿¡Que cojones quieres!? ¿¡Por qué coño has vuelto!?
-Marc: ya te lo he dicho, hija, me perteneceis.
-Gustabo: ya no somos tus hijos. -mi voz sonaba más ronca de lo normal.
Vamos, Gustabo...
-Gustabo: tu maltratabas a Lisa.
Déjame salir
-Gustabo: y también a mamá.
Podemos acabar con el juntos
-Gustabo: cuando sólo trataba de defender a Lisa. -una gran ira comenzó a invadir mi cuerpo. -y tu solo repetias que era su culpa y que tendría que haber parido dos niños, no una niña y un niño, porque ella nunca llegaría a ser como tu.
Eso es... Deja que tu ira fluya
-Gustabo: adivina que... Ella no es como tu.
¿No quieres acabar con el de una vez por todas?
-Gustabo: y me alegra que sea así.
Déjame salir
-Gustabo: ella dijo que podríamos meterte en cadena perpetua. ¿Pero por qué esperar? Si ya te tengo delante... Y podría acabar contigo con mis propias manos...
Eso es, ahora somos solo uno
-Lisa: Gustabo...
Saque un cuchillo y corrí hacia Marc.
-Lisa: ¡Gustabo, no lo hagas!
Sin escuchar a Lisa me avalance sobre el.
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