Rami.
—Arona.—mencioné casi sin aliento cuando la vi salir del elevador. Ella me miró a los ojos un momento y luego los desvió.—¿Podemos hablar? Es importante.—pedí. Volvió a mirarme. En ese instante quería abrazarla y besarla. Contenerme fue de lo más difícil que había hecho.
—Está bien.
—Te invito un café
—Gracias.—asintió con la cabeza y salimos juntos por la puerta principal. Cruzamos la calle y nos sentamos en una de las mesas de la cafetería que estaban afuera. Pedí dos americanos a la mesera.
—No entiendo qué pasó ayer.—hablé. Ella estaba muy nerviosa.
—Eso solo fue una confusión. Sylvester ya lo solucionó.
—¿Alguien te puso una trampa?
—No lo sé. ¿Esto era de lo que querías hablar?
—No. Lo lamento.—aspiré.—Esta noche operaré a Clif. Él quiere que estés presente, te tomó cariño. Eso lo tendrá más tranquilo.
—No lo sé, Rami. No soy doctora ni enfermera como para estar ahí.
—No tienes que serlo para estarlo.—tomé su mano mientras la miraba.—Yo te necesito.—dije honestamente. Ella mordió su labio.—Además podrías observar muchas cosas para tus estudios. Tendrías un poco más de experiencia que otros.
—Si. Tienes razón.—sonrió levemente. Respondí su sonrisa. Elevé su mano que sostenía y la besé.
—Al terminar me gustaría que habláramos de algo importante.
—Claro. Estaré aquí a la hora que me digas.
—¿No puedes quedarte?
—No. Lo siento. Ya he tenido ofertas de trabajo.
—Oh.—exclamé con sorpresa.—Me da mucho gusto. De verdad.—Dije triste porque ya no iba a verla todos los días.
—Gracias.
—Entonces nos vemos aquí a las siete.
—De acuerdo. Ahora tengo que irme.—se levantó y yo la imité. Quise decir algo así como "te quiero" "nos vemos luego, linda" pero estaba un muy triste como para hacerlo. De repente todo había cambiado entre nosotros.
Me sonrió por última vez y se fue.
Volví a sentarme en la silla para beber el café que la mesera apenas colocó en la mesa.
—Hey, respiro tu derrota desde el otro lado de la calle.—dijo Ben sentándose frente a mí.—Gracias por el café.—dijo y lo tomó.
—Era de Arona.
—Ay, lo lamento.—lo bebió aún así.
—Descuida. Ya se fue. Pero vendrá a la operación.
—Eso está bien.
—Será como una despedida.
—Diablos, Rami. Si que estas triste.
—Te juro Ben, que si ella me pidiera que me quedara, lo haría. Aunque ella no me lo haya dicho, sé que siente lo mismo por mí.
—¿No te ha dicho que te quiere?.—negué con la cabeza.
—Después de la operación le diré todo, incluido lo de Lucy.
—¿Y luego, cuál es el plan?
—Me iré unos meses. Luego volveré por ella. Quizá podamos tener una relación a distancia.
—Realmente lo espero, amigo, ya que no me gusta verte así.
—¿Qué hay de ti y Camille?.—suspiró.
—Con quien quiero hablar es con Gina, para dejarle las cosas claras.
—Te estas tardando.
—No me digas.—dijo estresado.—Comienzo a dudar.
—¿Con qué?
—Con la boda.
—¿Hablas en serio?.—exclamé, tomándome por sorpresa.
—No quiero que nuestro matrimonio sea así, y que por cualquier otra mujer Camille se convierta en la señorita toxica.
—Habla con ella. Tomen acuerdos. De eso se trata una relación.
—¿Y si no los cumple y ya estamos casados?
—Todo en esta vida es un riesgo, amigo. Yo tomaré muchos riesgos.
— Lo tuyo es diferente, fácil puedes volver, pero yo fácil no me podré divorciar.
—No te adelantes demasiado, rubio. Piénsalo bien. Si realmente la amas, eso no te debería importar.
—Pero si me importa.
—Entonces no la amas lo suficiente.
—¿Tu tuviste dudas antes de casarte?.—tragué saliva.
—No. Pero ella si.
—Que imbécil soy, lo lamento, Rami.
—No, descuida.
—Estoy hecho un caos.—tapo su rostro.
—Tendrás que esforzarte para que ella no sienta celos. A las mujeres les gusta saber que ellas son las únicas. Dale detalles, pídele perdón, consiéntela.
—¿Pedir perdón de qué?
—Solo hazlo, tonto.
—Bueno, siendo así ya lo entendí. Quien lo vería, ahora tu estas dándome consejos.—se río.
—Espero que a mí me funcionen.
—Te deseo suerte esta noche.—palmeo mi espalda despidiéndose.—Puedes llamarme si necesitas algo. Camille organizó una cena con sus padres esta noche. Compraré unas flores de camino.
—Gracias, amigo. Suerte a ti también.—me sonrió y se alejó.
Tal y cuando estaba solo o acompañado, mi mente siempre volvía a Arona. Me quedé otro rato bebiendo mi café cuando otra persona se sentó frente a mí.
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Esclavo de sus besos 《Rami Malek》
FanficArona es una modelo desterrada de las pasarelas que debe hacer lo que sea para pagar su deuda. Su vida cambia cuando conoce a Rami Malek, quien su corazón permanece frío y roto después de una decepción. Atrapado todavía en el pasado ¿Podrá Arona hac...