Capítulo 2 "Yangyang"

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Renjun lloró toda la noche por sus padres y cuando la alarma de su teléfono sonó le envió un mensaje de buenos días a su mamá deseándole un buen día.

—Espero no toparme con el loco.

Se dio una ducha y lavó sus dientes cansado de su existencia en su primer día en la institución.

Salió de su habitación topándose con un cartel frente a su puerta "Si te llamas Huang Renjun ve a la biblioteca a las 12 pm".

Por supuesto que no iría, había visto las suficientes películas para saber que nada bueno saldría de eso.

Caminó rápidamente a la cafetería donde ningún fantasma estaba rondando, compró algo de comida de la maquina expendedora y dio vueltas por los alrededores, viendo al club de atletismo hacer su ejercicio matutino. Eran las diez de la mañana y entendía que las demás personas siguieran dormidas, él también quisiera, pero su cuerpo se había acostumbrado a madrugar por los trabajos a tiempo parcial que había tenido en China.

Renjun se acomodó muy lejos de todos, debajo de un enorme árbol, se recostó y miró todo con sus ojos exploradores, esperaba algún día llevar a su madre a algún lugar así como vacaciones.

Los autos deportivos comenzaron a llegar a eso de las once treinta, todos les daban sus llaves a las personas que se los estacionaban y eran maleducados con ellos, gritándoles por no hacer bien su trabajo.

—Estúpidos chicos ricos —suspiró mordiendo su manzana. Se sentía tan relajado en ese lugar que se reía de los que iban llegando imaginándoles voces ridículas con sus quejas ridículas.

Comía lentamente su manzana hasta que desde su lugar pudo ver al chico gafas, Renjun comenzó a moverse lentamente, esperando que el otro chico no lo notara.

Cuando el chico de gafas miró hacia el lugar donde Renjun estaba, él ya estaba del otro lado sin ser notado. —De la que me salvé.

A eso de las tres decidió que era una buena idea ir a comer algo nuevamente y tal vez ir a estudiar... no, él no hacía eso. Tenía buena memoria, así que solo debía repasar una vez y todos los conocimientos estarían en su cerebro.

La cafetería estaba igual de solitaria que en la mañana, claro, sino fuera por el chico de gafas que comía mientras jugaba videojuegos. Renjun le dio una mirada rápida, pidió su comida y se alejó lo más que pudo.

— ¡Oye tú! —le gritó desde el otro extremo—. ¡Te estuve buscando! —sonreía de manera amable, dándole escalofríos a Renjun.

Renjun no estaba intimidado por el chico más alto, solo no quería volver a dirigirle la palabra.

Mientras él no le prestaba atención, Jaemin se acercó a él.

—Al fin te encuentro...

Renjun suspiró y dejó sus palillos en la bandeja. —Dime la verdad, chico. ¿No tienes amigos?

Jaemin bebió del refresco de Renjun. —Por supuesto que los tengo, pero no quiero hablarte de eso.

— ¿Y por qué no estás con ellos?

—Porque están de vacaciones, torpe.

—Escucha, chico... no tengo la intención de acercarme a ustedes y su dinero, así que no te preocupes puedes vivir tu vida de manera tranquila. Solo serán dos años, pero ni siquiera sabrás de mi existencia, así que pon de tu parte y lárgate, por favor.

Jaemin había borrado su sonrisa. — ¿De qué mierda hablas?

—Ni siquiera yo lo sé —gracias a la presencia del chico gafas, la comida ya no se le hizo tan deliciosa, así que se levantó siendo seguido por el otro—. Déjame en paz.

Herederos / NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora