Capítulo 16 "Confesiones y besos"

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Taro, Jaemin y Donghyuck llegaron unos minutos después con una tarta y algunos gorros de fiesta. Jaemin llevaba una corona de papel para el cumpleañero.

—¡Feliz cumpleaños, Injunnie! —gritaron los tres.

Renjun abrazó a cada uno, regalándoles una linda sonrisa.

—Gracias chicos —aceptó la corona y le cantaron, felices.

Después de comer algo de tarta y golosinas que habían llevado, fueron a sus clases correspondientes. Renjun quería preguntar porqué el número de Jeno ya no recibía sus llamadas, pero no tenía ganas de responder preguntas que ni el mismo sabía.

Por la tarde se quedaron jugando y charlando debajo del árbol que Renjun llamaba lugar de paz. Ten le regaló un ramo de flores preciosas y le dio un abrazo por su cumpleaños.

Cuando Renjun volvió a su habitación se encontró con el ahora pelinegro. Parecía triste y sus ojeras decían todo lo que él no pudo.

—Jeno —el pelirrojo suspiró el nombre del chico, haciendo que lo mirara enseguida—. ¿Qué pasó?

—Junnie —los labios de Jeno se curvaron y sus ojos comenzaron a enrojecerse con tristeza—. Perdóname, Injunnie —el pelinegro abrazó a Renjun como si fuera a perderlo.

—Está bien —le acarició la espalda con suavidad.

—Realmente lo siento... —comenzó a llorar, recostado en el hombro de su amigo—. Yo no quería, ella me obligó...

—¿De qué hablas? —detuvo las caricias.

Como se notaba que su amigo necesitaba hablar por horas, entraron abrazados a la habitación. Jeno quitó sus zapatos, pero no dejó la cintura del más bajo.

Se sentaron en la cama con suavidad y Jeno lentamente lo soltó, sujetándole la mano a cambio.

—Yo... Renjun me gustas —lo miró directamente a los ojos—. Me gustas demasiado...

—Jeno...

—No es necesario que me digas algo... pero Yeri me hizo confesarme de la peor manera y no he podido hablar contigo gracias a ella...

—Tú...

Jeno puso sus manos en las mejillas de Renjun. —Moriría por darte un beso, pero eso sería demasiado y tengo poco tiempo antes de que comiencen a llamarme. Escapé de casa para poder hablar contigo...

—No debiste, nos veremos en unos días...

—No volveré...

—¿Qué? ¿Jeno de qué hablas?

—Yeri me obligó a terminar mis estudios en casa si no quería que le contara sobre ti a mi mamá...

—Pero Jeno... ¿Cómo podré despedirme de ti si no te veo?

Jeno mordió sus labios y comenzó a llorar en silencio. Realmente estaba muy enamorado del chico frente a él.

—Junnie...

Renjun le sujetó el rostro y aunque no sabía nada de besos, le robó uno que dejó a Jeno en las nubes. Primera vez en su vida que un pequeño beso lo dejaba así.

—No tengo experiencia en besos —decía mientras chocaba sus labios con el pelinegro—. Pero realmente tenía ganas de hacerlo.

Renjun cerró sus ojos cuando Jeno lo sostuvo. Estuvieron varios segundos sin mover sus labios temblorosos.

—Jeno... creo que también me gustas.

Eso fue todo lo que tenía que escuchar para intentar besar mejor al más bajito.

Con los latidos retumbando en sus oídos, movió sus labios lentamente, haciendo que el pelirrojo siguiera su ritmo. Jeno le mordió el labio haciéndolo suspirar.

—Gracias —respondió Jeno.

El pelinegro lo besó de nuevo. —Feliz cumpleaños, hyung.

Renjun le dio un golpe en el hombro por ser tan bobo. —Gracias, Lee Jeno —esta vez Renjun besó aquellos lindos labios—. Descansa —le robó un beso—, muchacho.

—Descansa, Injunnie.

Jeno se marchó después de algunos besos y Renjun se durmió casi de inmediato, aun con la sensación de los labios del pelinegro sobre los suyos.

Al día siguiente Yangyang llegó temprano a su habitación. —Ayer olvidamos hacernos el cambio de imagen, así que hoy después clases iremos.

Renjun seguía medio dormido en su cama. —Lo que sea, pero déjame dormir un poco más...

—Lo siento, pero estoy ansioso. ¿Has podido hablar con Jeno? Ayer me dijo que no podía hablar contigo por culpa de Yeri —se cruzó de brazos enfadado—. De verdad que si no fuera por esa chica podríamos divertirnos los seis como siempre, pero ella la caga hasta cuando respira.

—Yangs ya basta, duerme un rato junto a mi o cállate —lo sujeto del sweater y lo hizo recostarse junto a él.

Durmieron por largos minutos hasta que aparecieron los demás extrañados de no haberlos visto en la cafetería. Renjun corrió al baño para prepararse mientras Yangyang fue por algo de comer junto a los chicos.

—Se volvieron a dormir, ¿no pusieron alarma? —preguntó Jaemin caminando junto a Renjun.

El pelirrojo se rió divertido, pensando en la respuesta que podía darle, pero sonaba muy mal. —Estábamos cansados y pasó, no pudimos evitarlo —Jaemin asintió sonriendo por culpa de su amigo.

Mientras iban caminando se toparon con una multitud que encerraba a alguien en un circulo. Decidieron acercarse por si tenían que salvar a la persona que estaba en medio, pero cuando llegaron se dieron cuenta que solo era un chico nuevo.

—¡Oh por dios! —gritaron junto a ellos—. Deberíamos pedirle un autógrafo, ¿no crees?

—¿Crees que nos firme la falda? —se rio como una boba la otra chica.

Renjun miró a Jaemin quien obviamente podía ver a la persona que estaba en medio, el peliceleste miró a su amigo riendo. —Oye no te burles de mí, baboso —le dio un golpe.

—Perdón Junnie, ¿quieres que te cargue para que veas quién es?

El pelirrojo lo pensó unos segundos, se moría de curiosidad, pero no valía la pena. —Si quieres puedes cargarme hasta el salón —cambió la oferta.

—Bueno.

Donghyuck, Taro y Yangyang se quedaron ahí para averiguar quien era la persona mientras Jaemin se llevaba a Renjun en sus brazos como si fuera la novia después de la boda.

—Yeri, ¿por qué Jeno no ha venido a la escuela? —preguntaron junto a esos dos.

—Pues veras. Hay un intruso, un pobre e ingenuo que cree que es demasiado genial... —miró directo a Renjun—. Pero no pudo robar a mi prometido, tal vez en su próxima vida vuelva a intentarlo, sin embargo, en esta gané yo.

Jaemin miró al pelirrojo que no la había tomado en cuenta, él solo miraba el pasillo mientras tarareaba una canción.

—¿Estás bien? —preguntó Jaemin.

—Eso debería preguntarte yo, ¿quieres bajarme? Puedo caminar.

—Estoy bien, no te preocupes... preguntaba por lo que dijo Yeri...

Renjun se acomodó en el pecho de Jaemin, mientras suspiraba mirando hacia adelante. —Si las palabras de esa chica me afectaran, Jaemin. Creo que el primer año me hubiera regresado a China.

Jaemin asintió y aclaró su garganta. —Injunnie —Renjun lo miró desde abajo, seguía en los brazos de peliceleste—. ¿Puedo decirte algo?

—Sí, claro — le sonrió tratando de mantener el contacto visual.

—Me gustas.

Renjun parpadeo varias veces y le pidió a Jaemin que lo bajara de sus brazos para poder hablar mejor. —¿Qué dices? —preguntó una vez que sus pies tocaron el suelo.

—Me gustas.

—Ah.

Herederos / NoRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora