Se cayó la cuarta pared.

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Lily Anderson

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Lily Anderson.



Esa tarde, a mí se me había olvidado como respirar.

Abby tenía una cuenta regresiva en su Instagram desde hacía unos días, y yo, como todos, estaba ansiosa por saber de qué se trataba. Y me emocioné cuando reveló que sería un nuevo libro, porque sería el primero que leería actualización tras actualización.

Pero, después, no tuve ni una idea de cómo reaccionar.

Apareció en twitter (luego de no haber subido nada como por dos días) para decir que acababa de subir cinco capítulos de su nuevo libro. Estaba viendo una serie cuando eso pasó, pero por supuesto que dejé de hacerlo para ir a leer.

Para empezar, su libro se llamaba « ¿Qué escribes?»

Y para terminar, las protagonistas se llamaban Lily y Abby.

¿Quiénes otras se llaman así? Nosotras.

Estuve leyendo, básicamente, un resumen de mis últimos días junto a Abby.

¡Y no sabía cómo reaccionar!

Porque, además, esa Abby estaba enamorada de esa Lily. Y ese libro parecía estar basado en hechos reales. Y yo estaba confundida.

¿Yo le gustaba a Abby?

Eso no podía ser posible.

No. No podía ser.

¡Pero su libro decía lo contrario!

Y esas éramos nosotras. No tenía pruebas, pero tampoco dudas.

Dejé el teléfono de lado y me pasé las manos por el rostro, frustrada, con el corazón acelerado, confundida, y con mucha adrenalina en mi pequeño cuerpo.

Ni siquiera podría preguntarle directamente porque se supone que yo no sé absolutamente nada de sus libros.

«Luke tenía razón, soy una mentirosa»

Solté un chillido, cosa que hacía mucho cuando estaba frustrada, y luego maldije, cosa que no hacía casi nunca.

— ¿Qué pasó? ¿A quién mato? —Mamá entró al cuarto, parecía que acababa de despertar.

— ¿Te desperté? Lo siento, mami.

— ¿Pero qué fue lo que pasó?

—Ah... nada.

—Dios mío, Lily —murmuró antes de venir a acostarse en mi cama.

—Bueno, ya que estás despierta, necesito de tu sabiduría.

—Hoy estoy fuera de servicio para tratar problemas adolescentes, lo siento.

— ¡Liliana! —La llamé por su nombre y tomé una almohada para tirársela pero ella la atajó antes mientras se reía.

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