"Siempre la veía desde mi ventana, ella siempre estaba escribiendo en su laptop. Parecía olvidar cualquier cosa a su alrededor, no había vez que no luciera muy metida en ello. Tal vez eso era lo que me hacía mirarla tanto."
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Abby Harris.
¿Por qué iba a querer hablar conmigo si yo parecía la menos interesante del grupo?
De todas formas, ahí estaba hablando con el tal Adam.
Más de cerca, confirmé que si era guapo y que tenía un piercing en el labio inferior, casi ni se veía. Se me ocurrió entonces hacer que uno de mis personajes llevase piercing. Seguro se enamoraban más fácil de él.
—Así que, Abby... —habló sacándome de mis pensamientos.
De nuevo, Ellie había comprado salchichas para todos y habíamos pegado como tres mesas para sentarnos todos juntos. En un lado tenía a Adam y en el otro a Alanna, dos sillas más allá, estaba mi novia.
—Dime.
— ¿Esa que me atraviesa con la mirada es tu novia?
Giré a ver a Lily, que miraba hacia donde él se encontraba sentado con el ceño fruncido. No pude evitar sonreír.
Ya va.
¿Estaba celosa?
Sonreí con más ganas.
—Es mi novia —confirmé.
— ¿Es muy celosa?
—Eh... pues no, creo.
—Pues parece que ahora lo está —objetó.
Volví a mirar a Lily, que ahora hablaba con Luke pero igual mantenía el ceño fruncido.
— ¿Tú crees? —le pregunté, girando a verlo. Estaba sonriendo. Su sonrisa era como burlona, como si estuviese esperando el momento adecuado para reírse de cualquiera.
—Estoy segurísimo. Si quieres me acerco más y lo confirmamos.
Enarqué una ceja hacia el ofrecido.
—No, gracias. Ya comí.
Esa vez se carcajeó y sentí que volteaban a vernos, pero no miré a ninguno para no sonrojarme.
—Eres graciosa.
Nadie me había dicho antes que fuese graciosa, a excepción de Adrián que siempre me decía que era una payasa pero no me lo tomaba muy en serio.
—No lo creo —murmuré, dándole un mordisco a mi salchicha.
Me limpié de inmediato con una servilleta porque me ponía nerviosa el hecho de que pudiese haberme quedado salsa en alguna parte de la cara y alguien lo notara.
Adam había rechazado la comida, como había dicho él, era «comida de mortales». Me pareció arrogante pero me dio mucha risa.
Estaba a nada de robarle su personalidad para un nuevo personaje.
