Aoko, Kazuha, Ran, Sonoko, Sera, Ayumi, Ai están molestas con las bromas de Kaito así que van con Akako para que haga algo
Akako lanza un hechizo pero todo sale mal... pensando que su "venganza" acabo en fracaso cada una va a sus casas, sin embargo...
—¿Qué hay de lo que pasó ayer? —preguntó tímida Ran bajando la mirada, confiaba que esos dos jamás la empujarian a algo que les haría daño.
—Ayer… yo… —murmuró Eisuke sentándose en una banca. —Ran, te voy a contar algo, pero… prométeme no contárselo a nadie, ni hacer más preguntas. —dijo el chico con una mirada suplicante.
Ella solo asintió antes de ser guiada a la sala.
—Tu… tienes una buena razón para esto, ¿cierto? —suplico con la mirada Ran una vez se sentó en el sillón.
—Si. —le respondió en un murmullo antes de sentarse a su lado y dejarle un vaso de agua, pensando que tal vez lo necesitaría.
—Ran, yo… bueno yo, como explicarlo. —balbuceo nervioso, enredando sus palabras entre más hablaba.
—Está bien, cálmate. Estoy aquí y te escucharé pacientemente. —le dijo mostrando una dulce sonrisa mientras tomaba la mano de su novio.
El joven la miró sorprendida durante unos segundos antes de tomar su mano entre las de él. —Soy un miembro de la CIA. —afirmó sin una pizca de delicadeza, dejando a su novia procesando esa extraña información. —Estoy en medio de una misión de recolección de información para unos amigos. —explicó.
—¿Los… conozco? ¿Cómo se llaman? —preguntó la joven de cabello rizado luego de unos segundos de silencio.
—Su apellido es Kudo. —respondió de forma evasiva sin dar información relevante para ella, nunca se atrevía a traicionar a sus amigos.
—Ya veo, entonces no. —murmuró Ran tomando el vaso de agua antes de tomarlo de golpe, necesitaba agua se sentía como si se hubiera deshidratado.
—Perdón por ocultarte esto. —murmuró el de lentes redondos.
—No, no, lo entiendo, te entiendo completamente —negó Sera (Ran) con una tranquila sonrisa antes de darle un abrazo. —Pero eso no explica lo que hiciste. —hablo de forma monótona empujándolo unos centímetros lejos de ella.
Hondou río de forma nerviosa su mirada decía que si no le respondía terminaría mal. —Eso fue… fue… una técnica utilizada en la CIA para saber cuándo las personas mienten. —termino por decir, necesitaba su integridad física y emocional para terminar su trabajo.
—¿Entonces no me engañas? —preguntó con una mirada tierna.
El joven miró a otro lado, simplemente se sentía extraño al ver las expresiones de su novia en esa chica tan hiperactiva.
—Nunca lo haría. —afirmó confrontandola, uniendo sus miradas, por muy raro que se sentía esa situación, era ella, la chica más asombrosa y bella que ha conocido. —Te amo, de verdad te amo. —exclamó dándole un firme abrazo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.