Capítulo 31

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¡¿Amante?!

Ginzo Nakamori

Caminé de un lado a otro histérico mordiéndome el pulgar sin saber como sacar mi frustración.

Estaba a punto de ser las doce, ¡Las doce de la noche! 

¡Mi única hija está quién sabe dónde con quién sabe quién! —pensé alterado caminando aún más rápido dando círculos en mi habitación, antes de detenerme y dar un vistazo afuera, de esa forma repitiendo varias veces mis acciones. —Ella solo se fue sin decirme nada…

¿Acaso está entrando en una etapa rebelde? —me pregunté a mi mismo preocupado.

Me detuve en seco al escuchar el motor de un auto detenerse, algo extraño considerando que muy pocos autos se detienen en esta comunidad. Corrí hacia mi ventana y abrí la cortina comprobando que mi linda hija volvió a casa… acompañado con el favorito de Megure.

Eso me pareció muy extraño, estaba preocupado por mi hija pero asumía que estaría con Kaito o el hijo del Superintendente Hakuba, pero verla con "la esperanza" de criminología era extraño.

Sacudí mi cabeza antes de correr rumbo abajo casi estrellándome contra las escaleras debido a la rapidez con la que iba, sin importar mis intentos de mantener el equilibrio caí por suerte al suelo en el tapete al final de la escaleras.

Dejando de lado por completo el dolor del golpe me levanté y seguí mi camino a la puerta, me detuve en seco frente a la puerta por suerte sin chocar. Tome el pomo dispuesto a dar mi primer regañó como padre ejemplar cuando logre escuchar sus voces aunque amortiguadas, podía distinguir sus palabras perfectas.

—No fue nada. —afirmó Edogawa como todo el despreocupado que siempre era. Seguramente mi hija acaba de agradecerle por traerla, así que giré el pomo dispuesto a abrir la puerta y echar al mocoso.

—¡No me mientas! —su exclamación con ligero toque de nervios y ansiedad golpeó mi cerebro, di un paso inconscientemente acostumbrado a recibir los regaños de mi hija.

Jamás había escuchado la voz de mi hija de esa forma, ni siquiera cuando murió el flechazo que tuvo hacia Kaito en la secundaria.

—No te miento, realmente no fue nada. —escuché la voz cansada de Edogawa-kun. Extrañado por la interacción mire por el intercomunicador.

Mi hija apretó los labios con fuerza mirándolo entre preocupada y cansada.

Edogawa-kun soltó un largo suspiró antes de levantar su mano y planear su cabeza, sin embargo su expresión era extraña… como si estuviera conflictuada, como si no pudiera soportar ver esa expresión en mi hija.

Abrí los ojos impactado, si recordaba bien él estaba en una relación con su compañera… ¿Kabara? ¿Tabara? Hai… ¡Haibara! 

Si, eso.

Todos en la policía, las diferentes divisiones saben que Edogawa-kun o más conocido como Kudo-kun está casado con esa chica, y que a esta la estaba persiguiendo una organización criminal.

Estaba verdaderamente sorprendido de que a pesar de ser tan joven era realmente serio.

Flashback 

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