¡¿Quién eres!?

Capítulo 25

Complicaciones 

—¿Kaito? —lo llamó Aoko (Ai) extrañada al verlo acercarse con mirada desanimada. —¿Qué te pasa? —preguntó preocupada por la mirada de su amigo.

—Akako me sacó de su casa. —respondió triste, llorando a mares como todo él dramático que en verdad es.

Haibara se tranquilizó enseguida, al darse cuenta que solo era uno de sus berrinches habituales.

—Jumm, ¿por qué será? —insinuó Conan divertido.

—No estoy de humor, Shinichi. —gruño molestó el mago. —Hey, Shiho. Hagamos algo, ¿sí? ¿sí? —habló animada codeando a la joven.

—Lo siento, Kaito pero tengo un trabajo con Hakuba, así que… adiós. —dijo con una sonrisa de burla, al ver la expresión de disgusto de su amigo. —Nos vemos después, cariño. —habló dulcemente dándole un beso en la mejilla al detective.

—Adiós. —le respondió viéndola perderse por la calle.

—¿Qué harás tú? Shi… Conan. —arregló rápidamente al ver a Makoto y Akako acercarse.

—Hey, chicos. —saludo Makoto.

—Vamos de compras. —exclamó Akako (Sonoko) emocionada.

—Lo siento pero justo me acaban de llamar de la estación. —habló Conan leyendo un mensaje en su móvil. —Arreglenlo ustedes. —dijo antes de marcharse.

—Entonces, Kyogoku… —trato de decir, pero fue interrumpido por el timbre de la llamada de Makoto.

Este atendió de inmediato. —¿Hola?

—Si.

—Claro. —concluyó antes de colgar.  —Lo siento, Sonoko, acaban de llamarme de tu casa, al parecer necesitas algo de ayuda. —le dijo con una sonrisa. —No hagas locuras. —volvió a decir antes de darle un abrazo y marcharse.

—Rayos, ahora estoy sola. —refunfuño Akako (Sonoko).

—He, que sigo aquí. —comentó disgustado Kaito.

Sonoko lo miró como si se tratara de una cucaracha.

El mago resopló algo molesto. —Se que no nos caemos exactamente bien, pero ya no tenemos nada más que hacer.

—Bien. —soltó en un chasquido. —Pero primero voy a ver si alguien se nos une. —comentó mirando en el chat en grupo. —Veamos… Ran está arreglando sus cosas con el torpe, Sera esta atorada en mi casa.

—Espera, si está atorada en tu casa, ¿por qué no vas a ayudarla? —preguntó confundido el mago.

—Por qué no muchas veces puedo ser libre de ir por ahí, así que le pregunté a ella si podía hacer mis cosas y acepto. —comentó como si no fuera gran cosa. —Pero eso ya lo sabes. —comentó rodando los ojos levemente irritada. —Ayumi está arreglando también sus problemas con Tsubaraya-kun, Haibara está haciendo un trabajo con Hakuba, Akako no me deja acercarme a la casa, ¡Ah! Kazuha.

—¿Quién es Kazuha? —preguntó curioso Kuroba.

—Es Haibara. —exclamó antes de marcarle. —Hey, Kazuha se que el idiota detective te dijo que descansaras y eso, pero ¿te gustaría ir de compras conmigo? —le preguntó al teléfono.