Capítulo 26

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Complicaciones II

Kaito

Regresaba a la mesa con esas dos señoritas, tenía mucho ánimo hace mucho que no hablaba con Sonoko de forma tranquila.

Grande fue mi sorpresa al ver a "Ai" más bien Kazuha siendo tomada del brazo, mientras que "Akako" quién es en realidad Sonoko rodeada de dos chicos.

—¿A quién le hablas así? —gruñó el chico que mantenía agarrada a Kazuha.

Esto se va a poner feo, kikikiki —pensé divertido, después de todo hablábamos de Kazuha.

Pero debí recordar que ese era el cuerpo de Ai.

Su rostro se puso tan blanco como un papel antes de bajar la cabeza despacio, como si algo se hubiera apagado. —¡Oye! Me estás escuchando. —volvió a gruñir fastidiado el chico.

El cuerpo de Ai empezó a temblar como gelatina, podía notar como sus rodillas empezaban a flaquear.

Esto es… no puede ser. —pensé sintiendo el terror correr por mis venas, deje caer las bebidas antes de correr a ella.

La pude agarrar antes de que se estrellara contra el suelo. —¡¡Llama una ambulancia!! —grité fuertemente con miedo de lo que podría pasar. 

—S-Si. —soltó nerviosa Sonoko marcando en el móvil, sus dedos temblaban, aunque no sabía cuán grave era la situación, siempre se preocupaba por lo que le pasaba a Shiho.

Los chicos que estaban allí se pusieron nerviosos y huyeron nada más escuchar mi grito.

—Estarán aquí dentro de unos minutos. —habló con el ceño fruncido acercándose rápidamente a ambos. —¿Estará bien? 

—Su respiración es normal, estará bien. —le dije más tranquilo al darme una rápida revisión, aunque sabía bien que había una probabilidad que las cosas fueran peor pero preferí callar.

—¡¡Por aquí!! —gritó Sonoko atrayendo la atención de los paramédicos que estaban en el primer piso.

Una vez subimos a la ambulancia, Sonoko que aún seguía nerviosa me hizo una pregunta que me dejó pensando.

—¿A quién deberíamos llamar? ¿A Shinichi? ¿O a Hattori-kun? 

Mire el cuerpo de Haibara su respiración empezó a acelerarse, los paramédicos empezaron a atenderla poniéndole respiración artificial.

—Kaito, ¿qué hacemos? —me preguntó Sonoko al borde del llanto.

Ver esa clase de expresión en Akako me dolía. —Llamemos a Conan, él sabe más de su salud… no, contacta con todos y yo hablaré con Conan, se que no lo tomará bien. —comenté en un murmullo.

—Si.

—Si

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