Una Tarde de Encuentros y Revelaciones

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En el vibrante corazón de Kyoto, bajo un cielo despejado y una tarde soleada, dos jóvenes paseaban por las animadas calles del centro. Mitsuki, siempre curioso, intentaba entender la fascinación de Boruto por los videojuegos.

Mitsuki: Entonces, ¿el juego se trata de un ninja que pelea con poderes? —preguntó, claramente intrigado por la pasión de su amigo.

Boruto: ¡Sí, sí, sí, sí, sí, sí, exactamente! Me encanta ese juego, pero... no tengo dónde jugarlo —respondió Boruto, con una mezcla de entusiasmo y melancolía.

Mitsuki, notando el cambio en el tono de Boruto, decidió cambiar de tema con un toque de preocupación.

Mitsuki: Creo que entiendo. Bueno, cambiando de tema... ¿no deberías buscar a tu madre o a tu hermana para decirles que estás bien?

Boruto: Bueno, supongo que tienes razón, debería ir a ca...

De repente, el bullicio de la calle fue interrumpido por una mujer que, al ver a Boruto, mostró una reacción de puro alivio y sorpresa.

Ino: ¡BORUTO! —exclamó la mujer, abrumada por la emoción, mientras abrazaba al joven con fuerza.

Ino: No sabes lo preocupada que está tu madre.

Boruto, visiblemente incómodo, miró hacia el suelo mientras respondía.

Boruto: Sí, ya lo sé...

Ino: Entonces ven, vamos con tu madre —dijo, intentando tomar la mano de Boruto con una mezcla de urgencia y ternura.

Boruto: No... no.

Ino: ¿Qué? —se sorprendió Ino ante la inesperada respuesta del joven.

Ino: Escucha, no es bueno dejar así a tu madre. Ella te ama y vela por tu seguridad, no es justo esto.

Boruto: ...Lo sé, lo sé... y la amo, ella es mi ángel guardián. Pero no tenía un día así hace años, donde pueda expresarme o reír sin que la gente me juzgue por cómo pienso... Y la verdad, quiero quedarme así unos cuantos días.

El aire se volvió denso con el silencio que siguió a las palabras de Boruto. Ino, tratando de entender, finalmente rompió el silencio.

Ino: Jum... bueno, supongo que todos necesitamos vacaciones. Yo le diré a tu madre que estás bien, pero no hagas tonterías.

Ino se volvió hacia Mitsuki con una mirada evaluadora, su expresión suavizándose en una sonrisa.

Ino: Parece que le agradas mucho, y pareces una buena persona. No dejes que te aleje de él —dijo, apretándole los cachetes a Mitsuki con una sonrisa traviesa.

Con una última sonrisa de despedida, Ino se alejó en busca de Hinata. Al encontrarla, Hinata, al borde de la desesperación, quiso correr hacia su hijo, pero las palabras de Ino la detuvieron. En lugar de actuar precipitadamente, se sentó en un banco cercano, su mente llena de reflexiones.

Hinata: Él es mi hijo, y yo tengo que velar por su seguridad... pero hace tiempo que no lo hago bien. Desde que Naruto cambió, no sé cómo proteger a Boruto. Intento que se lleven bien, que Boruto vea que su padre no es solo odio o repulsión... que en su interior es alguien bondadoso y caritativo. Pero él no necesita sermones o charlas profundas... necesita ser él mismo...

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